jueves, 21 de junio de 2012

Hoy, comienza el verano.


Cuando comienza la llovizna de campanillas lilas y naranjas de las jacarandas y de los flambollanos en las medianías de la afortunada isla de Gran Canaria, dejan un manto de flores a su alrededor porque lloran la ida de los campurrios a la casa de la playa huyendo de la calufa. Le ponen alfombra de colores violeta para homenajear a sus dueños y con su sublime belleza engalana el paseo para la aristocrática despedida, al tiempo le expresan con su llanto, lo mucho que aman los árboles ornamentales, a pesar de ser abandonados o arrancados de la tierra para plantar frutales.

 Jacaranda, foto y árbol de Luz Navarro Domínguez


Entró el luminoso verano hoy, a los 9 minutos de la medianoche, acaban las duras faenas del campo y los deberes de los niños en  los colegios; es momento de la cosecha -de frutas y de notas-, va siendo hora de ponerse el bañador, coger la toalla, y cambiar el cachorro canario de fieltro negro por el  sombrero de paja amarilla con la cinta azul. Merecidas vacaciones para padres e hijos, junto a los que tengan abuelos, que mejor disfrutarlas a la brisa de los vientos alisios en cualquiera de nuestras hermosas playas, ¡no digamos nada, si es en la más radiante de todas ellas! Arena dorada con rayos  de plata por el sol al amanecer, aguas transparentes más que la luz del mediodía por sus gotas de diamantes y su barra grande iluminada por los reflejos de las pepitas de oro al atardecer.

Antes, la gente fina y alta cuna de Vegueta tenía por costumbre trasladar a toda la familia al Puerto donde tenían casa veraniega, otros iban a Las Alcaravaneras o a La Laja, así fue como verdaderamente creció la actividad turística en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Los campesinos se conviertan en pescadores, los vegueteros en portuarios, los currantes en turistas, los magos en marineros, todos cambian y se sienten encantados con el cambio, también del tiempo caluroso y del espacio natural.

Bajamos por las turbulentas carreteras en el fotingo que da mil vuelta al mundo, y los que no quepan, van con los piratas o en el coche de hora, que era el reloj para la suelta de la jornada, con transbordo final en el hoyo del parque San Telmo, a las jardineras guaguas; poco duro aquella "La Pepa", no la alcaldesa sino otro tren, un tranvía que iba de Las Palmas al Puerto con muchas paradas.

Bueno llegamos, como diría el chofer por la puerta de atrás y a la calle, eso si, unos a la chabola de madera, otros a su caseta de lona verde o azul  con rayas blancas, y los pocos a sus casas de piedra de Arucas, con su balcón canario de tea, incluso con baño, agua caliente y corriente. Nadie se preocupaba a pesar de ello, todos contentos, paz con la guardia civil, y Jesús en el cielo, puesto que los canarios son lo que tienen, lo llevan muy dentro del alma, la dignidad pero con respeto al que manda, ¡y pobre el que no lo haga! Sus necesidades eran las mismas para toda la gente, pero la hacían de forma diferente, unos a cubierto en el espacioso baño, y los demás, el gran resto, cubiertos por la panza burro con el culo al norte que daba mucho más fresco y para que la meada no le moje si hacía viento.

En el muro Marrero no se podía pasar a la playa chica sin descalzarse, claro los que tuvieran cholas o alpargatas recauchutadas, y se estaba llena por el paseo con cuidado para que las olas no te mojaran; el agua llegaba a la pared, incluso con la marea baja, no había tanta arena como ahora, ya que el viento la llevaba de Guanarteme a los Arenales. Era el lugar preferido por los niños y niñas, que alegres jugaban, e  iban ilusionados a pescar, o como mi hermana Luz en busca de los tesoros escondidos en los agujeros de los Lisos, sorteando el resbaladizo muzgo de las rocas coleccionaban cangrejillas, conchas de lapas, burgaos, caracoles, hasta esqueletos de erizos, que servían de abalorios para pulseras, collares y zarcillos que adornaban a las princesas guanches  o guayarminas de los pueblos interiores de la Isla.

¡Que me gustaban los camarones! Transparente su cuerpo, pecho rojo, sus ojos saltones negros y grandes bigotes. A gloria me sabían, pelados, crudos, salados con la espuma del mar que chocaba en la barra chica. Machacamos erizos negros, de púas cortas para la gueldera, que es carnaza para los peces, los de púa larga, para la tortilla de erizo que le gustaba al abuelo y le cocinaba con cariño la abuela.

A primera hora de la mañana, diría de madrugada, o por la noche con la luz de la farola del puerto y del faro de la Isleta,  cuando la marea esta completamente vacía, es el mejor momento, como decían las viejos para echar tranquilo después la siesta, "niños, a' pulpia a la marea". En una mano la fija de acero con un trapo de sabana blanco, y en la otra, un palo de eucalipto para golpear al pulpo y el balde de lata para conservar fresca  y llevar comodamente la pesca. Siempre volvíamos de mariscar con algo para el caldero de latón de cobre: un pulpo, una morena, un centollo o un calamar; agradecían mucho las madres porque el marisco no se puede comparar con las sardinas para ofrecer un buen enyesque antes de almorzar. El padre y el abuelo también, daban buena cuenta en la barbacoa que han construido  con bloques de  piedra de la cantera de Galdar y una rejilla de hierro hecha con los restos de las viejas nasas de los pescadores de la Puntilla, prenderle fuego al carbón comprado al cambullonero, y asar lo pescado en el día, después de haberlo descamado y quitado sus huevas y tripas en una palangana de plástico azul oscuro en el charco que hay en el Peñón.

El cuerpo cubierto por el salitre, el iodo y los rayos ultravioleta, o sales pa'lante de la enfermedad o te lo quema. Antes que yo sepa, no hablaban del cáncer de piel, sino de lo sano que era bañarse en el mar, oler la seba, calentarse en la arena, respirar los alisios, pero sobre todo escuchar el murmullo de las olas que quita el stress dando serenidad y paz.

Algunos encantados o encandilados por la sirena de la Peña la Vieja, jamás volverán, venderán sus tractores de arar la tierra para comprar los que limpian la ciudad. Es curioso antes se limpiaba recogiendo los cosas que traía el mar, todo servía, con los palos y troncos de madera hacían hogueras junta a la orilla del mar, formaban un corrillo, con un pisco de ron de Telde o el de la Aldea ardían mucho más, cantaban folias e islas, y algún poeta se tiraba a la arena para recitar preciosas estrofas que elogian el océano Atlántico, los Pechos y Cumbres de la Isla, creyéndose  Morales, Torón o Quesada, como el que yo ahora te voy a recitar de una inédita poesía para los lectores de MT, que no tiene ningún ánimo de triunfar sino de agradar a los demás con sus hermosas palabras, y que al corazón te han de llegar, el poema  se llama "ESPUMA:

Sobre las azules olas del inmenso Atlántico,
Volveré convertida en espuma
A las playas de un sueño fantástico.

Romperá mi cuerpo la ola,
Y yo,
Seré mágica efervescencia.

Y te acordarás de mí, siempre,
Cuando te asomes al inmenso balcón azulado

Y en millones de blancas espumas,
Verás romper
mi frágil cuerpo blanco.



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Las lagrimas de San Lorenzo nos advierten que las mareas del pino pronto llegarán, es hora de recoger para que no nos lleve las olas con ella; dejamos todo limpio, como lo encontramos, tristes porque se acabo el verano y vuelta a empezar. Volvemos al campo o al colegio, es tiempo para de nuevo trabajar, recolectar las almendras y el conocimientos de los maestros, regar los frutales y las mentes, arar la tierra y peinar la cabeza, cuidar a los animales y limpiarse los dientes con pasta de menta clorificada, que antes te enjuagabas con iodo y cloruro sódico en la orilla del mar.

Regreso,  ¡siendo más hermoso! me favorece el moreno, ¡más fuerte!, comiendo los alimentos del mar, ¡más sabio! me adapto y cambio con la naturaleza, ¡Para que pedir más! ¡Llego al hogar! La rutina, la estabilidad, o la seguridad, ¡más para que pedir más!


Se  caerán las hojas en el otoño, todo te resbala y no es por bañarte en aceite, a lo bueno se acostumbra uno, me entrará la magua de la mar y de los amores infantiles que dejamos atrás. Luego el frío invierno deseando una lluviosa primavera de flores, que anunciará de nuevo el retorno al mar, pronto nos bañaremos en las aguas cristalinas de un charcón y me secaré cubriendo mi cuerpo en la arena dorada de mi querida playa, la nuestra, la de Las Canteras. Nuestras vidas son barrancos que a la playa van a descansar, me escapé de un sueño en verano, pero siempre a Valsequillo, volveré.

  

miércoles, 20 de junio de 2012

Relatos Religiosos (IV)


Cuarto relato.-
¡Ave María!
En mi blog llevo una vida virtual que llamo Gabrieladas, rodeado de amigos y amigas, sentimentales y sabias, amantes de las web favoritas y de los blogs populares, alejado de los formalismos y de la etiqueta literaria. En Viena Schubert llevó una vida bohemia rodeado de intelectuales, amante de las tabernas y de los ambientes populares, donde se reunían artistas de todos los ámbitos que formaban un círculo de amigos (como en +google), brillante y animado, dedicado a la música y a la lectura, que fue conocido por el famoso término de "schubertiadas".


Esto viene a cuento por la conferencia a la que asiste en el CICCA de Pedro Stchlueter sobre Franz Schubert, dentro del excelente programa Música y Palabras, en donde escuché por primera vez Gretchen am Spinnrade (en español, Margarita en la rueca). Fue compuesto por Franz Schubert cuando tan solo tenía 17 años, es un lied y está escrita para soprano y piano. El texto es una poesía de la obra Fausto de Goethe, uno de mis poetas favoritos.
La historia cuenta que Fausto, quien es un doctor o mago, invoca al Diablo. Mefistófeles se le hace presente y Fausto le vende su alma a cambio de algunos años de sabiduría o a cambio de una juventud eterna. Rejuvenecido, y con ayudas de Mefistófeles, Fausto logra seducir y enamorar a la bella y dulce Gretchen. El texto utilizado en el lied, nos muestra a Margarita (en alemán Gretchen) tejiendo en su rueca, pensado en Fausto. No puedo contenerme por la emoción que me produjo y obtengo la traducción al español de Wikipedia:


Desapareció mi sosiego
y me pesa el corazón,
nunca conseguiré
hallar la paz.

Soy como una muerta
si él no está junto a mí.
El mundo entero
carece de atractivo.

Enajenada tengo
mi pobre cabeza,
y todos mis sentidos
deliran incoherentes.

Si miro por la ventana,
sólo a él mis ojos buscan.
Únicamente por encontrarlo
salgo fuera de casa.

Su caminar altivo,
su noble figura,
la sonrisa de su boca
y el fuego de su mirada.

El fluir encantador
de sus palabras,
la caricia de sus manos,
¡Oh! ¡Y sus besos ardientes!

Mi pecho hacia él se enarca
en poderoso impulso.
¡Si pudiera tomarlo,
retenerlo junto a mí,

y besarlo,
hasta saciar mis ansias,
hasta quedarme muerta
bajo sus labios!

¿Cómo se les ha quedado el cuerpo? Cuando salí del CICCA me seguía retumbando en mi cabeza estos versos, como si alguien te estuviera diciendo te veo, venme a buscar, a lo que respondía mi mente: ¡Ave María! No voy encharcar los sentimientos con los tecnicismos de los movimientos, de la melodía o la estructura del texto, pero te ofrezco el enlace de la obra completa, música y voz. Escucharás girar la rueca que evoca la inquietud que no descansa en Margarita, por sus pensamientos amorosos hacia Fausto.

La grabación que te ofrezco es la de Barbara Bonney y Geoffrey Parsons.

El propio Franz Schubert se agenció la voz de Pedro Schlueter en su conferencia para contarnos los casi 32 años de vida, llena de emociones y vicisitudes, que le condujeron a la muerte, a consecuencia de una sífilis complicada con una fiebre tifoidea, no sin dejarnos antes un abundante repertorio musical de más de seiscientos lieder, entre los que destacaré para esta ocasión religiosa la “Tercera canción de Ellen”, probablemente el lied más deseado por cualquiera novia y novio para casarse con su amado.
La pieza es conocida popularmente como el Ave María de Schubert, pero fue compuesta originalmente como un arreglo de una canción popular del poema épico “The lady of the lake” de Walter Scott, el mismo que escribiera “Ivanhoe” el sajón que lleva su particular cruzada contra Juan Sin Tierra, con la ayuda de Robin Hood para devolverle el trono a Ricardo Corazón de León. En el poema de Scott, la «dama del lago»  canta una oración dirigida a la Virgen María, invocando su ayuda, cuando huye con su padre para esconderse en «Cueva del duende» para evitar la venganza del rey contra el anfitrión que le dio cobijado en su exilió.
Las palabras de apertura y el estribillo de la canción de Ellen, a saber, «Ave María», pudo conducir a la idea de adaptar la melodía de Schubert como un arreglo para el texto completo de la oración tradicional católica del Ave María. La versión latina del Ave María tiene ahora un uso tan frecuente con la melodía de Schubert que ha dado lugar a la idea errónea de que originalmente escribió la melodía como un arreglo para el Ave María.


Dios te salve María, llena eres de gracia,
el Señor es contigo;
bendita tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Somos pecadores, pero no volveré a perderme la gracia de otra conferencia de Música y Palabras. Pedro Schlueter terminó su conferencia con una vieja pero quizás mejor versión del "Ave María", la cual desgraciadamente no encontré en youtube por lo que no siendo capaz de decidirme por la versión que prefiero y te recomendaría, te doy el enlaces de tres de las grabaciones más destacadas para mí:

Por Andrea Bocelli

Por  Sarah Brightman

Por Luciano Pavarotti

Hay dos personajes que comparto profunda admiración con Schubert, un poeta: Goethe y un músico: Beethoven; si bien es cierto que antes de la muerte, quién más me ha acercado a Dios ha sido la música religiosa de  Maestro Valle y de Franz Schubert.




Te indico a continuación la traducción del poema de sir Walter Scott, como siempre gracias a wikipedia, una preciosa oración:

¡Ave María! ¡mansa doncella!
¡Escucha la oración de una doncella!
Tú puedes oír aunque sea de lo salvaje,
Tú puedes salvar en medio de la desesperación.
Seguros podemos dormir bajo tu cuidado,
aunque exiliados, marginados e injuriados –
¡Doncella! Oye la oración de una doncella;
¡Madre, oye a una hija suplicante!
¡Ave María!

¡Ave María! ¡Intacta!
El lecho de piedra que ahora tenemos que compartir
Parecerá este edredón de plumas apiladas.
Si tu protección se cierne allí.
El aire pesado de la tenebrosa caverna
Se respirará como bálsamo si tu has sonreído;
Entonces, ¡doncella! Oye la oración de una doncella;
¡Madre, ten en cuenta a una hija suplicante!
¡Ave María!

¡Ave María! ¡Formada sin mancha!
Demonios apestosos de la tierra y el aire,
De esta su acostumbrada guarida exiliados,
Huirán ante tu hermosa presencia.
Nos inclinamos a nuestra suerte de cuidado,
Bajo tu guía reconciliados;
Oye por una doncella la oración de una doncella,
¡Y por un padre oye a una hija!
¡Ave María!

lunes, 18 de junio de 2012

Relatos Religiosos (III)


Tercer relato.-
Venga a nosotros tu reino.
¡No te lo vas a creer, amig@! Pero de todas formas te lo contaré. Todo parece conectado, estando en Zaragoza el fin de semana pasado, repasando ahora mi Facebook, veo un comentario de una amiga de uno de mis hermanos, cuando estudiaba en Madrid, haya por los años setenta, a la cual  había aceptado su solicitud de amistad para ayudarle a contactar con él como era su deseo; me dijo sin apenas conocerme, que me parecía a Javier Reverte, el escritor de los viajes de África, "El río de la luz", "Colinas que arden, lagos de fuego". Yo extrañado lo contesté:
- Me sorprende tanto que te vuelvo a preguntar ¿Te refieres a mi? En el físico no será, ¡Ojalá!
- Claro, claro, es contigo con quien hablo. No sé, tengo algunos de sus libros y un cierto parecido...... Parecido físico, claro. quizás la pose de la foto que tienes en tu perfil.... No sé.
Me envió una foto de Javier Reverte y al verle inmediatamente lo reconocí. Es verdad que tengo un cierto aire viéndolo con detenimiento, me quedé un poco jodido al compararme con un tío tan feo y viejo. Mi consoló, con que yo era más guapo, pero lo cierto es que Javier, es siete años más de edad, no sé como seré yo cuando lo alcance al ritmo de deterioro físico y mental que llevo.
Hoy vengo para hablar de su libro "Venga a nosotros tu reino", debido a tres casualidades que han coincidido con el relato iniciado: El tema, el comienzo y el Moncayo, aparte de lo físico.
No te desvelaré la trama y el final, para que lo leas y disfrutes de su riqueza lingüística, tan solo te daré la primera pincelada como ejemplo de su valía literaria:

"La perezosa luz del amanecer invernal iba asomando al otro lado de la ventanilla del compartimento del vagón y, entre las sombras que impedían al entorno desnudar sus perfiles, el joven sacerdote vislumbró, primero, la velada figura de un poste de telégrafo; luego, el esqueleto trémulo de una casa agazapada tras una hilera de olmos; después, el difuso vallado de un corral en donde se movían como ondas acuosas los espectros de una vacada; y más tarde, las tapias imprecisas de un cementerio."


Se trata de la turbulenta y apasionada vida de un joven sacerdote polaco en la oscura España de los años 50. Stefan Berman llega a Madrid en pleno apogeo del nacional-catolicismo huyendo del comunismo que impera en su país. Pero aunque es acogido por la iglesia, se ve dividido por pasiones contradictorias. A su doble vida de agitador político de izquierdas y hombre religioso se suma la tórrida relación amorosa que mantiene con la hija de un conocido militar. Un torbellino de pasiones a la sombra de obispos, militares e izquierdistas clandestinos. Persecución política, campos de concentración, cárceles franquistas, manicomios para comunistas... un auténtico recorrido sobre una de nuestras épocas más oscuras, sobre nuestra memoria, y nuestra identidad.

Esa misma noche de domingo, ya harto de cervezas y de bocaditos de setas, pues habíamos cenado en "el tubo", la zona tradicional de tapas de Zaragoza, que por cierto otra coincidencia fue la calle "cuatro de agosto", día de nacimiento de la amiga con la que estaba de picoteo, ya  en la habitación del hotel -otra casualidad- ponían en la tele la película de Ridley Scott el "Reino de los Cielos", la cual vimos confortablemente en la cama, hasta pasar luego al reino de otros sueños.


La ventaja de este enlace a youTube es que si no te gusta el montaje del "Reino de los Cielos", la música que extraña y curiosamente es de la despampanante Shakira, te permite quedar enganchado a una reina de la tierra bailando un waka-waka o volver al trailer oficial para contemplar a la hermosa pareja de protagonistas en la película.
Si no quedas satisfecho con mi propuesta anterior, !reza un Padre Nuestro! Lo digo en serio, me supongo que lo habrás hecho muchas veces, pero ¿te has parado alguna vez a reflexionar sobre la segunda propuesta de la oración?
Padre nuestro que estas en los cielos, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; ....
Santa Teresa de Jesús en su libro -de igual título- "Venga a nosotros tu reino", si lo hizo, nos descubre místicamente el anhelado reino de Dios, y es Jesús en sus sermones según los evangelistas, el que indica a los cristianos como lo conseguirán:
"Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios.
De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él." Marcos 10:15
El Apóstol Pedro recibió las instrucciones y el permiso de "abrir" el reino de los cielos, así que él fue el primero en ingresar. (Ver Mateo 16:19) "Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos".
Jesús al ser interrogado con ese tema les dijo lo siguiente: Lucas 17:20 Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia, ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros.
El reino de Dios está expuesto en el Libro de Génesis como "El Jardín del Edén". Adán y Eva fueron expulsados del reino de Dios debido a su pecado, y a causa del pecado el hombre perdió también la vida eterna. El alimento que Adán debió haber consumido era proveniente del Árbol de Vida pero desafortunadamente consumió fruto de muerte del árbol prohibido, por eso el hombre tiene asignado un limite de años en su vida y perdió lo mas valioso que Dios le había otorgado, la posibilidad de tener la vida eterna.


Pintura: Mahir Ates

Y lo vuelvo a recordar -todo como ven esta en conexión-, nada pasa por casualidad, una causa, un efecto; lean la Biblia o el Corán, muy original para terminar; no son necesario enlaces son fáciles de encontrar; alguien de nuevo quiere hablar:
- ¡Están locos van a cambiar! ¡Dejen de leer esto que les va a sentar incluso mal!
- Mis pequeños cambios, logran transformar mi pequeño reino. ¿Y a ti, cómo te va?
- Venga a nosotros tu reino, siempre y cuando, sea mejor que el mío.
- Déjame renovar, que  eres capaz de destruir el amor y la paz de mi tierra y cielo. ¡Habla con Jesús o Mahoma, ellos me comprenderán!
- ¿Terminarás en un manicomio?
- !No, en la tierra prometida, en el Templo de Jerusalén!
- ¡Que grande haces este reino tan pequeño!
- ¿Tendremos que nacer de nuevo para entrar en el reino de los cielos?

viernes, 15 de junio de 2012

Relatos Religiosos (II)


Segundo relato.-
La Imitación de Cristo.
Mira que son sabios y listos estos curas: nos entienden, y nosotros a ellos, no. No es que no sepamos, es que no lo hemos aprendido, o tal vez comprendido. Aquí, o lo sabes todo, o no sabes nada. Pero no te puedes considerar menos preciado, porque la verdad está en todas partes y es gratuita -según todos menos la iglesia-, lo que no podemos pretender es estar como Dios, al tiempo y en todas partes. Te lo relato tal cual me lo contó un viejo en un puesto del rastro una mañana de domingo en Zaragoza, que a sus ochenta años aún tenía fuerza y ganas para vender libros religiosos antiguos de segunda mano, que le pudieran servir a los demás. Señalándome una antigua versión ilustrada de una Biblia, se dirige a mi diciéndome: "yo nunca escribí por qué todo lo que hay, aquí está, incluso bien y mejor dicho,. sin faltar a la verdad".


Emilio, así se llama el anciano pero aún lúcido librero; todavía se teñía su pelo canoso con un colorante casero, mezclando creo yo, betún marrón de los zapatos con azafrán, que le daba una apariencia muy juvenil y libertina. Se gustaba él como nadie, y pretendía salvar los cuerpos y almas de otras desamparadas feligresas necesitadas de amor maduro pero pasionalmente religiosa, como la experiencia  sugerida por el e-Iglesia.
Al puesto de libros religiosos usados, incluso diría bastante sobados, acudían en bandada los forofos y fanáticos  partidarios de la Santa Inquisición y de la Santa Cruzada que me recuerda otro tiempo no tan lejano, y también  por curiosos que como yo andan aburrido en el lugar tratando de pasar el caluroso tiempo aumentado por la temperatura de la plataforma de alquitrán negro derretido por el solajero que hacía esa mañana, buscando la buena sombra en un puesto, que no estorbe y me entretenga. Estos  puestos religiosos suelen estar en el mejor sitio, como las iglesias, son frescas en verano y calientes en el invierno, ya que usan tela o plástico según el día  y el tiempo.
Algo tenía que comprar para permanecer allí más tiempo al fresco, vamos como una limosna o una donación para contribuir a aquello. Me fije en el libro más pequeño que había creyendo fuera el menos costoso. Cuando lo cogí con mi mano izquierda percibí la acaricia que da la encuadernación de piel, con la derecha abrí la miniatura de libro por la primera página impresa, a un lado un cuadro del crucificado que ponían siempre en las estampas funerarias de antes y en la otra cara un laborioso grabado, que más parece un retablo haciendo una cruz indicando el título y el autor del libro: LA IMITACIÓN DE CRISTO de Tomás de Kempis, una de las varias ediciones que ha publicado Editorial Regina en plena segunda guerra mundial.
- ¡Ese libro es una joya! Exclamó Emilio el librero.
- Me puse en guardia, pidiéndole el precio.
- 30 monedas de euros es su valor pero para usted que tiene pinta de buena persona se lo dejaré en menos.
- ¿Cuánto de menos?
- ¡En la mitad se lo dejo!
El regateo me obliga a comprar asiento en la sombra o irme al tendido de sol para quemarme la frente. La verdad pensando que el asiento tiene una alfombrilla  y no te quedas pegado al suelo, me lo voy a pensar con tranquilidad lo de comprar el libro forrado en piel, no sé de que animal; yo me sentía como un cerdo, hinchado por los tubos de cerveza que me había tomado para no deshidratarme en aquel momento, lo de la barriga cervecera es de otros momentos que no tienen que ver con esto.
Consuela grandemente el ánimo ver cómo en medio de este relato frívolo puedo recomendarte una lectura obligada para los buscadores, aunque sea solo para ver el lado oscuro o permanecer en la sombra, de un libro muy apreciado por miles de católicos, que ocupa un lugar tan preeminente después de los Santos Evangelios. Menos mal que ahora corre un poco el aire de la Dehesa del Moncayo, humedecido por las frías aguas que bajan por el Ebro.
- ¡Mire señor, escuche con atención! De él sacan las almas piadosas grande provecho espiritual, a él acuden para la meditación de las eternas verdades, para solaz de su espíritu, fatigado por las varias vicisitudes de la vida, y como despertador de una vida enteramente cristiana y conforme al Divino Ejemplar Jesucristo, en cuya imitación está la vida y salvación del hombre. Este libro lo puede llevar usted siempre en el bolsillo, y cuando tenga algún contratiempo o problema, lo consulta al momento, y asunto arreglado.
- ¿Entonces la miniatura es solo por el tamaño del libro, no por el contenido?¿El precio no lo puede ajustar un poco más al tamaño, o el tamaño no importa?
Emilio seriamente me dice con gran solemnidad:
- Quien me sigue no anda en tinieblas, dice el Señor. Estas palabras son de  Cristo, con las cuales nos amonesta que imitemos su vida y costumbres, si queremos verdaderamente ser alumbrados y libres de toda ceguedad del corazón. ¡Y eso no me permite que lo rebaje más de la mitad el precio! ¡Las cosas que tienen valor, tienen su sagrado precio!
- ¡Ya! como las plegarias y las indulgencias de la Iglesia.
- Por supuesto, para el sostenimiento de la Santa Madre, la Santísima Trinidad y los asuntos del Santo Padre.
- ¿Esto es como la cruz del impuesto sobre la renta para mantener el patrimonio de la Santa Iglesia Apostólica y Romana?
-No señor, es para conservar la Basílica de Zaragoza dedicada a la Virgen del Pilar, patrona de la toda la Hispanidad ¿O acaso cree usted que la Pilarica no se lo merece, con todos los milagros que ha hecho?
- ¿Milagros? Le pregunté incrédulamente.
- ¡Si, milagros! como el famoso de Calanda, un mendigo que perdió una pierna en un accidente, le pidió a la Virgen del Pilar que se la repusiera y a la mañana siguiente se levantó de la cama con las dos  piernas a caminar ¿ Cuál va a ser su deseo para la Virgen?
- Que me rebaje el precio del libro ¿sería un milagro? Un deseo, .  que conserven el órgano de la Seo por haberlo tocado mi bisabuelo el maño, Maestro Valle. Con el dinero que me cobraron a la entrada de la catedral y el ahorro del IBI, ya lo pueden bien cuidar, .y no sería ningún milagro, sino una buena inversión.
Me lo llevo, por lo menos es mono, me servirá para adornar la estantería de la biblioteca.
¡Tome las 15 monedas de plata, el borde de oro y el escudo de España!
Se hizo el loco y no me dio las gracias, yo tampoco le debo nada.

El que quiera pues, experimentar plenamente todo el sabor de las palabras de Cristo, conviene que procure conformar con él toda su vida. Lo dicho, La Imitación de Cristo es un libro de Tomás de Kempis publicado anónimamente en el siglo XV, escrito en forma de consejos breves cuyo objetivo es instruir al alma en la perfección cristiana, proponiendo como modelo al mismo Jesucristo, se ha convertido con el tiempo en un clásico de la literatura mística, que alguien debiera actualizar. En cualquier librería especializada lo puedes encontrar, como dije, el mío se lo compré a un viejo "librero" en el rastro de Zaragoza por tan solo 15 euros, "libre" de impuestos.