jueves, 28 de octubre de 2010

La Gran Cohesión

Metido en la tarea de integrarme en un equipo humano cohesionado para gestionar un grupo de empresas, y ante la disponibilidad de una técnica de pensamiento y una paleta de colores que me sugieren los expertos en la materia, me sumerjo en la reflexión tan solo con en el ánimo de no tragarme todo lo que me dicen sino hacer propias de forma consciente las aconsejadas, y en la medida de lo posible innovarlas o renovarlas con nuevas miradas.



En este caso, la cohesión del equipo nace como una necesidad del propio grupo y lo marca como objetivo. Esto hace que el éxito esté garantizado, ya que la simple voluntad de quererlo todos sus miembros con absoluta libertad, logran por si mismo el objetivo de la propia cohesión inicialmente. Más seguir cohesionados nos obliga a descubrir el papel que deben jugar todos y cada uno de los miembros del equipo, descubriendo nuestras capacidades y habilidades individuales y del grupo, a la vez del conocimiento y adiestramiento en estrategias, procesos, etc.,  que faciliten y hagan posible una cohesión permanente y sostenible.
Esta introducción me permite reflexionar sobre la teoría facilitada por Edward de Bono sobre el pensamiento constructivo y creativo, así como profundizar en los métodos y las herramientas que utiliza, en concreto de la técnica  de  los “Seis Sombreros para Pensar”, que sucintamente paso a describir:
SEIS SOMBREROS PARA PENSAR*
Es una técnica que es utilizada para poder analizar una decisión desde varios importantes puntos de vista o perspectivas.
Muchas de las personas exitosas piensan desde un punto de vista muy positivo y racional. Esto es parte de las razones por lo que son exitosos. A menudo, sin embargo, fallan al ver un problema desde una perspectiva emocional, intuitiva, creativa o negativa. Esto puede significar que subestiman la resistencia a planificar, fallan al hacer saltos creativos y al no hacer los planes de contingencia necesarios.
En forma similar, los pesimistas tienden a ser excesivamente defensivos. La gente muy sensible puede fallar al ver una decisión con calma y racionalmente.
Si vemos a un problema utilizando la técnica de los “Seis Sombreros para Pensar”, entonces podemos llegar a resolver el problema utilizando todos estos enfoques. Nuestras decisiones y planes podrán mezclar la ambición, habilidad en la ejecución, sensibilidad, creatividad y buenos planes de contingencia.
Cada Sombrero es un estilo diferente de pensamiento:
Sombrero Blanco: con este pensamiento debemos enfocarnos en los datos disponibles.
Sombrero Rojo: ‘colocándonos’ el sombrero rojo, podemos ver los problemas utilizando la intuición, la reacción interior, y la emoción.
Sombrero Negro: utilizando el sombrero negro podremos ver todos los puntos malos de una decisión.
Sombrero Amarillo: el sombrero amarillo nos ayudará a pensar positivamente.
Sombrero Verde: el sombrero verde corresponde a la creatividad.
Sombrero Azul: el sombrero azul constituye el control de procesos.
* Para más información sobre esta técnica se debe leer el libro de Edward de Bono, “Seis Sombreros para Pensar”. Fuente: Página Oficial de Edward de Bono (http://www.edwarddebono.com)
Ahora con mi paleta de colores, y dándole paso a la luz del físico Isaac Newton, el cual nos ilustró a través de su experimento del prisma que la luz blanca contiene todos los colores en su más extensa connotación y que para el ojo humano, sólo se le es visible, lo que su naturaleza fisiológica le permite, simplificaré que al pasar un haz de luz por el prisma, éste se subdivide en siete colores. Para ilustrar las reflexiones  observemos los siguientes gráficos de colores primarios y secundarios tanto de la mezcla aditiva como la sustractiva.

 La gráfica A hace referencia a los colores primarios luz que tradicionalmente nos los bautizaron como verde, rojo y azul y es aquí donde intervengo para corregir este bautismo de la historia del color; mi propuesta es que los "nombres" que le corresponde a los colores primarios luz, resultado del estudio y observación de los físicos deben ser: verde, naranja y violeta y sus secundarios amarillo, cyan y magenta el cual todos mezclados dan el color blanco.
La gráfica A1 nos ilustra los tres colores primarios y secundarios pigmento. Los primarios son los amarillo, cyan y magenta, junto a sus secundarios por mezcla nos dan el verde, naranja y violeta, el cual todos mezclados dan un castaño oscuro, casi negro.
Dicho lo dicho, me llevaré ahora mis colores para introducirlos como una variante en la  técnica  de Edward de Bono, la cual llamaré los “Zapatos para Decidir”.

ZAPATOS PARA DECIDIR*
La primera diferencia es que no me apoyaré en la cabeza, sino en los pies, en los dos al mismo tiempo, signo de la cimentación, la fundación y la sostenibilidad. Sin embargo, empezaremos el nacimiento por la cabeza, como lo hace el bebé cuando llega a este mundo ayudado por la matrona que lo asiste en el parto para terminar sujeto por los pies dando el grito a la vida.
Para tomar una decisión me afianzaré en la confrontación permanente del yin y el yan, del bien y del mal, o en nuestro caso del pie derecho y el pie izquierdo, para luego pasar al tronco de la toma de decisión cohesionada.
La segunda diferencia será en el significado de los colores para ajustarme a la simbología de lo que me expresan o percibo, ampliando la gama colores para representar nuevas perspectivas que considero básicas para tomar una decisión ajustada.
Tan solo dispondré de tres pares de zapatos, uno verde, otro naranja y el tercero violeta. Son los zapatos básicos (igual que colores primarios) la condición necesaria y suficiente.
Me los iré poniendo de acuerdo al ánimo o al gusto del momento, ya que el resultado final depende únicamente de haber seguido todo el proceso. En esta ocasión, para una mayor comprensión, empezaré poniéndome los zapatos verdes, a continuación los naranjas y después los violetas, pero cada vez que me quite uno me pondré otro. Así lograré las siguientes miradas: verde (los dos zapatos verdes), amarillo (un zapato verde y otro naranja), naranja (los dos naranja), magenta (uno naranja y otro violeta), violeta (los dos violeta), Cyan (uno violeta y el otro verde).
Efectivamente seis miradas diferentes, que darán la mezcla aditiva o sustractiva, la visión blanca o la visión negra. Volver a los gráficos anteriores para visualizarlos y comprenderlos.
Cada par de zapatos  puesto en todas las combinaciones posibles nos dará un estilo diferente de pensamiento o miradas pensadas:
Mirada Verde: corresponde a la creatividad, el progreso, la ilusión, la esperanza, la innovación.
Mirada Amarilla: nos ayudará a pensar positivamente, la seguridad, la confianza, la prudencia, la fe, la sostenibilidad.
Mirada Naranja: podemos ver los problemas utilizando la intuición, la valentía, el coraje, la emoción, la eficiencia, la competitividad.
Mirada Magenta: podremos ver todos los puntos débiles de una decisión, la avaricia, la soberbia, el egoísmo, la vanidad, la libertad, la rentabilidad.
Mirada Violeta: constituye el control, la cooperación, la solidaridad, la fraternidad, la espiritualidad, la transcendencia, la justicia, la responsabilidad.
Mirada Cyan: este pensamiento debemos enfocarnos en la honradez, la lealtad, la humildad, la igualdad, la transparencia.
Mezclando las miradas Verde, Naranja y Violeta nos ofrecen la visión aditiva que es la Blanca y mezclando las miradas Amarilla, Magenta y Cyan, nos manifiestan la visión sustractiva que es la Negra, construyendo así el yin y el yan, al que llamaré: “La Gran Cohesión”.

Así se construye nuestro logotipo, círculos de colores que se mueven libres, diversos, diferentes; pero unidos por una identidad compartida, responsable y solidaria.
Esta gran cohesión es nuestro objetivo:





* Gabriel Navarro Valdivielso