sábado, 31 de mayo de 2014

Raíces

Cuando ya mis días a su paso revientan el ecuador del año dejando a mis hijos y nietos una maleta de vivencias, y en los recuerdos se entretejen para el mañana: la razón y el sentido de la vida; pretendo en este pregón de la 16ª Romería de Nano er'chico, dejar constancia a nuestros descendientes, la existencia de unos hombres y mujeres que conforman las raíces e identidad de la Familia Navarro Valdivielso, con el ánimo que su descubrimiento les permita conocerse mejor a ellos mismos.


¿Somos fruto de nuestras raíces?

Disculpen los romeros esta pregunta al entender que poco o nada les interesará la incógnita, pero en la confianza, seguro pacientes aguantarán a este pregonero esperando pronto el final.
Mas sólo de los ocho bisabuelos, brevemente...  lo prometo, les voy hablar. Y si quedaran con ganas, algún otro pregonero ya se animará en otra oportunidad reconocer a los demás ancestros.

Por la parte paterna fueron: Nicolás Navarro Sortino y María Soledad de la Torre Doreste, padres de abuelo Bernardo; por la abuela Luz, Bernardino Valle Chinestra y Joaquina Gracia Cervera.
Por la parte materna: Dimas Valdivielso Colina y Valentina Vázquez Pariente, estos por abuelo Fernando; y por la abuela Rosario, José Torrent Serrá y María Soledad Reina Jiménez.
Los nombres difícilmente los retendrán en el tiempo, y por eso aquí, escrito en el corazón quedarán para siempre.


De ellas poco les puedo hablar, al igual que la mayoría de las mujeres del  siglo XIX, fueron invisibles socialmente, aunque amas y alma del hogar familiar. En nuestro caso, gracias a que disfrutaban de una situación económica algo acomodada, fueron educadas y cultas, tanto o más que ellos, ahora bien, especialmente recatadas para no resaltar. Ellos, sus afortunados maridos, de todo habrá, y alguna cosita hoy les quiero contar.

El poeta, D. NIcolás Navarro, un administrador de rentas reales que ejercía de filántropo.
El músico, D. Bernardino Valle, un director de orquesta que se convirtió en maestro.
El artesano, D. Dimas Valdivielso, un enigmático santanderino que creo fuera hojalatero.
El marino, D. José Torrent, un práctico del puerto que fue reconocido masón.         

La gente tiende a conocer a las personas que admira por sus capacidades y valores para identificarse posteriormente con ellas llegando asumir como propia su esencia y personalidad. No seré yo el que imponga ninguna forma de ser o requisito a los miembros de este clan familiar, cada uno es cada cual, todos diferentes, con sus defectos y virtudes; y además al considerar que la verdadera imagen de los Navarro Valdivielso consiste en sumar lo mejor y lo peor de la personalidad de cada uno de los doce hermanos y sus piojos pegados, con todas sus consecuencias.

¿Que tendré del masón, del  hojalatero, del  maestro y del filántropo? - me pregunto yo. No es ahora momento para tan profunda reflexión. Sin más, mejor será ofrecer una muestra de lo que cada uno de los bisabuelos me ofreció mayor atención para este pregón familiar: un poema, un arrorró, una curiosidad y un misterio.


La poesía de Poliuto:

Don Nicolás nos dejó en sus Cartas a Calixta -recopiladas por su bisnieta María Teresa Socorro Apolinario- , parte de sus sentimientos y socarrona poesía; además fuese ser fiel cronista de lo acontecido en Las Palmas de Gran Canaria a finales del siglo XIX.

....
Me voy haciendo, Calixta,
un viejo chocho y ramplón
con estas raíces
tal vez faltos de razón.

Punto y aparte.

Recibe cordial felicitación
de todos los de esta casa
sin descuento ni excepción.
¿Cuándo vienes a Canarias
a darnos el alegrón?
No conocerás sí vienes
el más oscuro rincón,
Las Palmas se ha convertido
en un París o un London;
....

Calixta, le correspondía con una poesía titulada "Inspiración", que tuve la suerte de encontrar recientemente entre viejos libros de mi padre, en la que se despedía así:

....
La calma tras la tormenta
Como en mi escribir
extasiada saludando
desde el fondo de mi
corazón a "mi" mejor
e inolvidable amigo
Nicolás Navarro Sortino.
......

Al principio la historia se construyó misteriosamente por las curiosas cartas en una oculta historia de amor. Después de releerlas e investigar, todo se aclaró. Calixta Doreste era una amiga a la que toda su familia tenía un gran cariño que se había trasladado con su hermano Tomás a Madrid. Aunque nunca se sabe la verdad e intenciones de estos socarrones.

Néstor Álamo también recuperó en su libro "Poesía", <una décima saladísima que "La Perejila" dedicó a don Nicolás, galán según fama, tan bien surtido, que se vio rebautizado por el calificativo de "Poliuto" > (Noble armenio protagonista de una ópera  de Donizetti). Que dice así:

Necesito hoy un duro,
mi amigo don Nicolás:
el decirle está de más
que me veo en un apuro.
Esto, para mí, lo juro
que son cosas muy fatales
conque se aumentan mis males,
y hoy, octubre veinte y uno,
no tiene dinero alguno
Agustina de González.


No pasaré de don Nicolás al estilo de la  "La Perejila", que solía con dignidad suprema volverse hacia la pared y lanzar al mundo un airino, para luego despedirse la deslenguada de quién le increpará:
¡A la mierda, abanico, que corre fresco!

El simpático don Nicolás, le hubiera socarronamente respondido:
¡Punto final, y coma aparte!


La música de Maestro Valle:

Don Bernardino, el compositor y director de la Orquesta Filarmónica de Las Palmas, durante cerca de 50 años. Venerado Maestro de Música. Le debo tanto, que incluyo la vida. Como no puedo mediar palabra sobre él sin emocionarme, lo mejor será pinchar su música y comprenderán mi por qué.

Fragmento del Arrorró de Valle.

El arrorró, no sólo para nuestro clan era el himno familiar, lo ha sido también con el tiempo para todos los canarios. Por cierto antes de ayer en la basílica de Teror, gozamos la recuperación del Himno a Nuestra Señora del Pino,  que compuso en 1914 con motivo de la bajada de la Virgen a Las Palmas de Gran Canaria.

Toda su vida y obra musical pueden conocerla gracias a los cientos de documentos y partituras del ilustre aragonés que fueron donados por sus hijos a la sociedad y depositadas  en el Museo Canario. Además podrán ilustrarse con Lothar Siemens compartiendo la historia de la Sociedad Filarmónica o con  la tesis doctoral de Arminda López y de otros investigadores. Dale un respiro a la palabra, y si requieres de mayor información musical del excelente compositor te direcciono a mi blog Gabrielando, o a los grandes melómanos que tiene la Familia Valle Gracia.

¡Maestro Valle para mi, fue y es, ejemplo de vida, diría mano de santo! ¡Un ángel de la guarda, que a través de su mágica música me acerca de manera insondable a Dios!


El artesano de Santander:

Dimas, el padre de nuestro abuelo Fernando  (padre de mi madre), el bisabuelo olvidado, de quién nadie sabe nada o nadie quiso hablar. No tengo siquiera una imagen de él, tan sólo dispongo una poca información que me facilitó Tommy Valdivielso para mi árbol genealógico.


Dimas Valdivielso y Colina nació el año 1856 en Santander. Es el segundo hijo de Miguel y Hilaria.  Figura endeblemente en la partida de boda la ocupación de hojalatero, como lo fue su padre; otros leen zapatero. A los 26 años se casó con Valentina Vázquez y fruto de su matrimonio tuvieron seis hijos: María, Saturnino, Mario, Valentina, Clarita y mi abuelo materno Fernando Valdivielso Vázquez. Seguro que pronto de él sabremos algo más, cuando quizás perdamos prejuicios los mayores o despertemos el interés de algún joven por averiguar quien fue el buen Dimas y su esposa Valentina, que condenados al olvido no han entrado todavía en el reino con los bisabuelos.

Aquí, romeros como ven y escuchan, se va hablar hasta la ahitera de los bisabuelos, ¿Cómo lo llevan? Termino con el que me queda.


El marino de Arenys de Mar:

Pocas referencias o menciones me lo recordaban de chico en casa, no porque no las hubiera, sino porque nunca pregunté por aquella vieja fotografía que estaba en la cómoda del cuarto de mis padres en la casa de Padre Cueto con la familia al completo de los Torrent Reina y donde mi madre era una preciosa niña de flecos recortados en la frente y sonrisa de Monalisa.
Me interesé por don José cuando cayó en mis manos una tesis doctoral sobre la "Masonería en Canarias" de Manuel Sánchez de Páiz, y por curiosidad busque a los masones que tuvieran nuestros apellidos, que no eran pocos. En una lista de los nombres simbólicos que utilizan los masones para ocultar su verdadera identidad, ordenados por isla y logia encontré: EMER. = José Torrent Serra.
No tenía ni idea de quien era este señor. ¿Sería de nuestra familia? Todas las vías me llevaban al mismo lugar y a la misma persona. ¡Quién puede saber algo es su nieto José Torrent Socorro! - dijo alguien- "Él vive en la calle Luis Morote, en una antigua casa muy bonita, al lado de los Blanco Torrent". Y allí me presenté. Después de informarle al pariente del motivo de mi visita y de los descubrimientos que había realizado, con una voz firme que rayaba cierta arrogancia, me contó su vida, su relación  de amistad con mi padre que le había enseñado a nadar en la playa de Las Canteras, de un accidente donde resultó arrollada mi madre de chica por un "pirata" en la carretera de Tafira cuando veraneaban en la casa de campo y horrorizado presenció como su frente abierta por el impacto sangraba hasta que se la llevaron al hospital donde le dieron unos cuantos puntos de sutura. Y sobre todo me habló de aquel gran señor que resultó ser su abuelo del alma y padrino suyo. Resuelta las dudas y despejada la incógnita del nombre masónico -tan sencillo como evidente- eran las iniciales de su mujer: María Reina (EMER.), fue cuando ya me ofreció un whisky, y para darme confianza dejo caer: "cuando viene tu hermano Tano se toma por lo menos tres".
A tientas bajé la empinada escalera deslumbrado por la luz de su sabiduría, no por el whisky de 15 años que me había bebido. Camino a casa, una y otra vez repetía una frase que dejó grabada en mi mente el viejo práctico del puerto, como si lo repitiera por orden de su abuelo, de igual nombre y profesión: Don José Torrent pulió mucho su piedra bruta para construir el Templo de Salomón..., tu serás una firme columna para sustentarlo.
Me consta ahora que José Torrent Serra, el catalán, fue una gran persona, austero y generoso, de una gran belleza espiritual y sabiduría. Por ser hombre libre y de buenas costumbres, fue reconocido por sus hermanos fraternales como un venerable maestro masón. Fiel amante de su esposa, fue agraciado con muchos hijos, que  inspiraban fraternidad y espiraban mucha hospitalidad.


La vida es muy corta como para despertarse  con remordimientos, rencores o rencillas. Si quieres que se cumplan nuestros sueños no te quedes dormido y siempre busca un tiempo para nuestras romerías y tenderetes. La próxima será con mi hermano Fernando que por razones de salud no ha podido estar hoy -desgraciadamente- con nosotros para entregarle un bastón de madera de tea que el sobrino Víctor podó de un pino quemado por el incendio de Inagua. El gesto de este ardiente recuerdo quiere tan sólo representar nuestra manera de ser y nuestro amor al patriarca de nuestro clan, De aquí le mandamos nuestra energía, con el deseo que le aporté al "marqués” así lo apodamos- la fuerza necesaria para una pronta recuperación de un mal congénito que sufrimos los Navarros: el sistema circulatorio. La mitad de los machos tenemos al menos un stent de titanio pero todos un corazón de oro.

Hace muchos años celebramos en este mismo lugar un encuentro familiar de los Navarro Valle. En aquella ocasión le regalamos un bastón a Bernardino Navarro Valle, no sé bien si porque ya lo necesitaba o por ser el mayor de la familia le otorgábamos el mando. A su fallecimiento el bastón pasó a manos de su hijo Bernardino Navarro Pereyra,  y hoy Ofelia, su hija mayor, con el consentimiento de toda la familia, quiere próximamente rendir homenaje al decano de la Familia Navarro Valle, nuestro querido primo Víctor Pérez Navarro, para entregarle ese báculo en un evento familiar al que gustosamente nos sumaremos. Lo inevitable es que con el transcurso del tiempo el bastón se ha convertido en un símbolo de respeto y sobre todo demuestra el cariño fraternal al más anciano, a la vez titular del acervo cultural e identitario de la familia.

Espero que el pregón sirva de recurso de amparo para los que se encuentren en tribulación, y si fuera su deseo, referencia de identidad para conocerse mejor a uno mismo. Descubrir nuestras  capacidades y habilidades progenitoras (la poesía, la música, la artesanía, el amor al mar y a nuestra tierra), como también nuestras inevitables debilidades y limitaciones; serán signo de satisfacción y agradecimiento hacia nuestros ancestros, dejando claro, que únicamente  por el esfuerzo constante individual a transcender y superarnos, lograremos perfeccionarnos y mejorar nuestra tribu.

Abro sin temor las puertas del corazón para vivir la vida que me regalan día a día, y me hace querer ser mejor persona. Depende de cada uno el sentirse satisfecho por el pregón de este año 2014, pero tengan en cuenta que este pregonero no sólo ha evocado a sus bisabuelos simplemente por sus méritos sino por el aprecio que les debemos y el deseo de resucitarlos para nuestros hijos y nietos. Les aseguro que el compromiso de darlo hoy fue la energía y fuerza de mis raíces que me permitió llegar sano a este día.

Igual que el año pasado, con el consenso previo de la familia, nominamos al siguiente pregonero. Aquí te entrego querido hermano Tano este medallón de lapislázuli, símbolo de  salud, pureza y nobleza, protector de nuestros valores y tradiciones, para que felizmente el próximo 30 de mayo en la XVII Romería de Nano er'chico, podamos reunirnos de nuevo, nos deleites con tu sabia palabra y todos unidos en una cadena fraternal, te escuchamos en paz y alegría.

José Torrent se adelanta y comenta que el pregón ha resultado justo y perfecto. Dimas Valdivielso que le gustaría poner su arte en la empuñadura del bastón de mando. Bernardino Valle nos ruega que editemos sus partituras inéditas para que las estrene la orquesta que lleva su nombre. Y don Nicolás Navarro que: ya está bien, vamos a cantar algo o recito un poema ¡Sigámosle!

Risco de San Nicolás,
cuantas parrandas me debes,
cuantas meadas me eche,
al soco de tus paredes.

No hay mayor alivio para el corazón que terminar el pregón tal como empezó, inhalando alegría, exhalando nostalgias ..., siendo como uno es.
MT, hijos, nueras y nietos,... 
Hermanos, cuñados, cuñadas, sobrinos, y demás yerbas, ...
Familia y demás piojos pegados, ....
Amigas y amigos, romeros y romeras, ....

¡Ustedes... son mis raíces, mi canto, mi poema,... y espero que en nuestra romería disfrutaremos todos un momento repleto de felicidad que durara para siempre! ¡Les quiero!

¡VIVA NANO ER'CHICO!


viernes, 16 de mayo de 2014

¡Hasta luego TATA!


A Dolores Sofía Morilla Labao.


Vivo unos meses turbulentos, momento para derrotar en mi recinto interior la inquietud e ignorancia que me mantiene en un estado de inferioridad y esclavitud moral. Requiero una renovación de mi ser. Tampoco pretendo ganar una liga, sino que ganen conmigo las personas que participen en este partido. Demostremos que nada puede darle más fuerza a la aspiración de no sufrir que compartir pensamientos y sentimientos. Y como no también: elevar la mirada hacia arriba, hacia aquellos espacios ideales en donde se encuentran los planes perfectos de Dios para el mundo y la humanidad.
El texto que propongo para esta ocasión es una preciosa y profunda reflexión de John McCreery, que por motivo del reciente fallecimiento de mi querida suegra, sus dos hijas, con gran emoción y discernimiento, me dieron a conocer leyéndolo en su despedida:

LA MUERTE NO EXISTE
La muerte no existe. Las estrellas desaparecen en el horizonte para surgir sobre otros cielos, y en la enjoyada corona del firmamento, brillan eternamente.
La muerte no existe. Las hojas del bosque se convierten en la vida del aire invisible; Las rocas se desintegran para alimentar el musgo hambriento que crece sobre ellas.
La muerte no existe. El polvo que pisamos, al llegar el verano se transforma en granos dorados o en dulces frutos, o en flores polícromas.
La muerte no existe. Las hojas caen y las flores se marchitan y desaparecen, pero sólo esperan en las horas invernales el tibio y dulce aliento de Mayo.
La muerte no existe, aunque lloremos cuando las formas familiares que hemos aprendido a amar son separadas de nuestros brazos; aunque con el corazón entristecido, con vestido de luto y paso silencioso, llevemos sus restos insensibles para descansar, y digamos que han muerto. No, no están muertos; no han hecho más que pasar más allá de las brumas que aquí nos ciegan. Se han ido a la vida nueva y más amplia en aquella esfera más serena; no han hecho más que dejar su vestido de arcilla para ponerse una túnica resplandeciente. No se han ido lejos, no se han ido ni están perdidos.
Aunque invisibles para el ojo mortal, están todavía aquí y nos siguen amando; y no olvidan nunca a los seres queridos que dejaron atrás. Algunas veces nuestra frente afiebrada siente su caricia, su aliento balsámico. Nuestro espíritu los ve y nuestros corazones se reconfortan y serenan. Sí, siempre cerca de nosotros, aunque invisibles, están nuestros espíritus queridos e inmortales, porque en todo el infinito Universo de Dios, Todo es Vida, y la muerte no existe.

Te debo tanto que te debo recuerdos. Recuerdo el día que te conocí. Aquella noche que sales desconfiada al zaguán para darle cobijo a tu hija y protegerla de extraños, hasta saber de quién era y si merecía su cuna. Nunca parecía que regalabas nada, simplemente lo cogía yo haciéndome  creer que todo me correspondía por nadie. De tus cuatro hijos me llevé la primera, los otros tres con su cariño me acomodaron en tu hogar. La bienvenida autorizaba mi paso a la salita del vestíbulo y al tratamiento, por supuesto de usted. Una vez ganada la confianza, pase a la habitación contigua: el comedor. Como olvidarme de los bistec con papas y el vaso de Clipper de naranja que cada noche me dabas para que me fuera complacido a casa y satisfecho volviera el día siguiente a cenar a cuerpo de rey en la noble estancia donde guardabas en sus vitrinas las antiguas y bellas lozas cartujanas y la cristalería de las grandes ocasiones. Nos dejabas los fines de semana tu "Mini" rojo, después repintado naranja, aquel que con tu utilizabas para ir al negocio familiar, donde te ayudábamos en las ventas de navidad a cambio de cubrirnos sobradamente los gastos extraordinarios de esas fiestas; y felices recorrimos juntos los caminos celestiales que llevaban a la puesta de sol en la finca del Valle de Agaete. Me regalaste no sólo la celebración de boda sino hasta las monedas profanas para la entrada de un piso que no podíamos soñar, ni pagar. De Doña Sofía pasaste a ser Tata. Te devolví lo que  generosamente me confiasteis, con la llegada de tres nietos, que más o igual que tus hijos te siguen queriendo. Tú les criaste y los mimaste más de la cuenta, cosa que no me arrepiento, pues son ellos tal como son, tampoco soy nadie para impedirlo.
Hemos sufrido bastante la lenta apagada de tu clara y blanca cabecita, pero dejas la luz de la hoguera que dejó tu alma. No quise, ni quiero llorar tu marcha, porque tu mayor deseo era vernos siempre sanos y contentos. En las penas y alegrías siempre estuviste a nuestro lado, sin apenas notarse, fundamentabas nuestra existencia, avituallabas con tus alimentos, tanto el estómago como nos educabas  de buenas costumbres y valores. Construiste para  nosotros una vida llena, diría ideal,  a base de tu generosa entrega, muchas veces hasta sacrificada. Llevaste siempre la procesión por dentro, sin llantos ni penas expresadas, igual como ocultabas tu primer nombre: Dolores.

Soy un ser que vive en un traje, convencido que no es nuestro cuerpo lo que tiene que ser perfecto, por eso:
Quiero escribir un réquiem que supere el sufrimiento, una oda al perdón para convivir con  las fatalidades, una canción contra el desaliento. Más yo sé, aunque parezca entendido, que soy un repetidor tuyo, un grito de llanto, una mirada desesperada, y nada más.
Quiero apreciar la vida y aprender a conservarla, haciendo de su noble uso el más tolerante esfuerzo para comprender y transcender, y conseguir  que surja un Nuevo Día más claro y luminoso para superar las humanas debilidades y limitaciones.
Quiero volver a nacer sin vestimenta, sin carga, sin visiones, sin compromisos o tentaciones. Sólo quiero que decir lo que yo mismo quiero repetir: un poema de amor, un himno a la alegría, una oración a la gloria a Dios.
Quiero en el continuo fluir de alegrías y tristezas de nuestra vida familiar, dejar grabada la imagen de TATA, que nos aportó bondad, generosidad y paz. Nos imprimió con su tolerancia: la serenidad, la seguridad y el respeto a los mayores, pero sobre todo nos enseño: a saber AMAR. ¡Cuánto echaremos de menos la escucha en silencio placentero y las reconfortantes acaricias que tranquilizaban nuestro cuerpo y espíritu!

Más que quieras que quiera: ¿Nunca olvidarme de ti? ¡Está claro, es mi alma la que desea ser perfecta! Cualquiera que sea el resultado de esta hornada de quereres, con la reflexión restituyo la armonía necesaria al paliquear con doña Sofía, y con Él. 
¡Que solos se quedarían los muertos sino te acuerdas de ellos! Perdí una parte de mi vida cuando por tu enfermedad no me reconocías, porque la muerte no llega por la vejez sino por el olvido. Por eso, no pienses que arruino el presente recordando un pasado que no tiene futuro, al contrario, me da mucha fuerza y ánimo para afrontar lo que venga mañana, creyendo que estarás siempre a nuestro lado mientras recordemos el bien que nos hiciste en vida.
¡Hasta siempre TATA, para nosotros la muerte no existe!



 P.D.: Me gustaría que te sumaras a mi recuerdo colgando una foto de ella aquí.