"EL KYBALION"

Cuando leí por tercera vez “El Kybalion” de Hermes Trismegisto, comprendí  aquello de por qué no había que echarle margaritas al cerdo, pero también comprendí que los hombres necesitan carne y los niños leche, sabiendo que habría oídos incapaces de comprender, o incluso cuando las divulgue, atraer un griterío de odio y el desprecio de multitudes, que volverían a gritar de nuevo: ¡Crucificadlo!…. ¡Crucificadlo!…..

En esta entrada de mi blog, igual que como lo hicieran anteriormente los tres iniciados trataré de exponer sucintamente una idea de las enseñanzas fundamentales de “El Kybalion”, indicando todo cuanto sé y comprendí de sus principios, si bien advierto que a mi sano juicio manifesté en Facebook que:

Es del maestro donde el aprendiz debe iniciarse, tanto, como se vaya asimismo conociendo él.

Es del discípulo donde el maestro se retroalimenta, tanto, como consiga desaprender de él.

Si sois verdaderos alumnos lo comprenderéis, de otra manera, del maestro solo escuchareis palabras, palabras, y palabras.

Puesto qué, como dijeron  los tres iniciados en "El Kybalion":

"Cuando el oído es capaz de oír, entonces vienen los labios que han de llenarlos de sabiduría".

Pero también, tu puedes ser de los elegidos que en cada generación son capaces de recibir la verdad, o de reconocerla si se les presentara, conservar sus perlas de sabiduría para esos pocos hombres y mujeres capaces de apreciar su valor y de llevarlas en sus coronas, en vez de echárselas a los cerdos que la mancillarían y pisotearían en el cieno de sus chiqueros.

Desde el antiguo Egipto llegaron las principales enseñanzas que tan fuertemente han influido en los sistemas filosóficos de todas las razas y pueblos a través de los tiempos. Fue donde vivieron los grandes adeptos y venerables maestros, siendo uno de ellos, el conocido como Hermes Trismegisto, al cual proclamaron como “el maestro de los maestros”,  incluso los griegos hicieron de él otro de sus dioses y lo llamarón ¡Hermes, el dios de la sabiduría; el tres veces grande!. Hoy podemos decir con certeza que jamás han sido sus enseñanzas superadas, y :

“Dondequiera que estén las huellas del Maestro, allí los oídos del que está pronto para recibir sus enseñanzas se abren de para en par”.

 “Los principios de la verdad son siete: el que comprende esto perfectamente, posee la clave mágica ante la cual todas las puertas del templo se abrirán de par en par.”

Estos principios son los siguientes:

“El TODO es Mente; el universo es mental.”

“Como arriba es abajo; como abajo es arriba.”

“Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra.”

“Todo es doble; todo es doble; todo, su par de opuesto: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son diferente en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son semiverdades; todas las paradojas pueden reconciliarse.”

“Todo fluye y refluye; todo tiene sus periodos de avance y retroceso; todo asciende y desciende;  todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación.”

“Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo con la ley; la suerte no es más que el nombre que se le da a una Ley no conocida; hay muchos planos de casualidad, pero nada escapa a la Ley.”

Y termina, (continúa o empieza) con el séptimo, el principio de generación:

“La generación existe por doquier; todo tiene sus principios masculino y femenino; la generación se manifiesta en todos los planos.”

Si eres verdadero buscador, comprenderás y podrás aplicar estos principios y desarrollarlos; más, si no, te recuerdo que fuiste advertido de oscuras palabras en un blog hermético de un escribiente rayado por los cuentos que le cuentan. Más si deseas conocer la filosofía de la creación, generación y regeneración mental y espiritual, debes  bucear en él, ya que ninguna creación física, mental o espiritual es posible sin este principio que contiene la solución de los numerosos misterios de la vida.

Algún día, por ti volaré, por cielos y mares hasta encontrarte en otro tiempo, y así poder contarte que para Él, la creación y muerte de un millón de universos no significa más que el tiempo que se emplea en un abrir y cerrar de ojos; que no hay nadie que no tenga padre y madre en el universo;  o que todo está en el TODO. El que comprenda esto debidamente, ha adquirido gran conocimiento, si no,  seguiré abrazado a una estrella fugaz recorriendo eternamente el universo, sin iluminarlo como aquel otro lucero, cada vez más brillante,  que se acerca a mi interior, regalándome su LUZ.

P.D.: El Kybalion, todo lo escrito en cursiva, y lo otro inspirado en el y ella.