domingo, 21 de noviembre de 2010

Árbol de amor



¿Es mi amor el árbol de los 40 escudos?
¡Único  y eterno en mi jardín secreto!
Sencillo  y doble como  las canciones de Goethe
cambia sus hojas de verde a dorado
con renovadas sensaciones al  viento.

Árbol  sagrado en la pagoda de mi cuerpo,
el porte erguido en su juventud y muy longevo
con ramas anchas que buscan la luz
y crea la sombra perfecta.

Abanicos de hojas con largo peciolo
algo carnosa y ahorquilladas venas.
¡Partida en dos, siendo una!

En mi otoño adornado de oro viejo
tras el caluroso verano  dio su fruto
una sola semilla que no resiste el tiempo para germinar,
necesita del polen querido para poder madurar.

El y ella, como árboles dioicos crecen juntos para continuar.
¡Fósil viviente!, ¡No cambies a través de las eras geológicas!
¡Especie vegetal  viva más antigua del mundo!, ¡Busca la eternidad!

¿Es así mi amor?, ¿Como este árbol del oriente?
¡Aquel que conocí gracias a ti!
Hoy me siento fundido, un ser doble y sencillo.
Un ginkgo biloba, un solo amor,  mitad tú, mitad yo.




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