Cuarto
relato.-
¡Ave
María!
En
mi blog llevo una vida virtual que llamo Gabrieladas, rodeado de amigos y
amigas, sentimentales y sabias, amantes de las web favoritas y de los blogs
populares, alejado de los formalismos y de la etiqueta literaria. En Viena Schubert
llevó una vida bohemia rodeado de intelectuales, amante de las tabernas y de
los ambientes populares, donde se reunían artistas de todos los ámbitos que
formaban un círculo de amigos (como en +google), brillante y animado, dedicado
a la música y a la lectura, que fue conocido por el famoso término de
"schubertiadas".
Esto
viene a cuento por la conferencia a la que asiste en el CICCA de Pedro
Stchlueter sobre Franz Schubert, dentro del excelente programa Música y
Palabras, en donde escuché por primera vez Gretchen am Spinnrade (en español,
Margarita en la rueca). Fue compuesto por Franz Schubert cuando tan solo tenía
17 años, es un lied y está escrita para soprano y piano. El texto es una poesía
de la obra Fausto de Goethe, uno de mis poetas favoritos.
La
historia cuenta que Fausto, quien es un doctor o mago, invoca al Diablo.
Mefistófeles se le hace presente y Fausto le vende su alma a cambio de algunos
años de sabiduría o a cambio de una juventud eterna. Rejuvenecido, y con ayudas
de Mefistófeles, Fausto logra seducir y enamorar a la bella y dulce Gretchen.
El texto utilizado en el lied, nos muestra a Margarita (en alemán Gretchen)
tejiendo en su rueca, pensado en Fausto. No puedo contenerme por la emoción que
me produjo y obtengo la traducción al español de Wikipedia:
Desapareció
mi sosiego
y
me pesa el corazón,
nunca
conseguiré
hallar
la paz.
Soy
como una muerta
si
él no está junto a mí.
El
mundo entero
carece
de atractivo.
Enajenada
tengo
mi
pobre cabeza,
y
todos mis sentidos
deliran
incoherentes.
Si
miro por la ventana,
sólo
a él mis ojos buscan.
Únicamente
por encontrarlo
salgo
fuera de casa.
Su
caminar altivo,
su
noble figura,
la
sonrisa de su boca
y
el fuego de su mirada.
El
fluir encantador
de
sus palabras,
la
caricia de sus manos,
¡Oh!
¡Y sus besos ardientes!
Mi
pecho hacia él se enarca
en
poderoso impulso.
¡Si
pudiera tomarlo,
retenerlo
junto a mí,
y
besarlo,
hasta
saciar mis ansias,
hasta
quedarme muerta
bajo
sus labios!
¿Cómo
se les ha quedado el cuerpo? Cuando salí del CICCA me seguía retumbando en mi cabeza estos versos, como si alguien te estuviera diciendo te veo, venme a buscar, a lo que respondía mi mente: ¡Ave María! No voy encharcar los sentimientos con los tecnicismos de los
movimientos, de la melodía o la estructura del texto, pero te ofrezco el enlace
de la obra completa, música y voz. Escucharás girar la rueca que evoca la
inquietud que no descansa en Margarita, por sus pensamientos amorosos hacia
Fausto.
La
grabación que te ofrezco es la de Barbara Bonney y Geoffrey Parsons.
El
propio Franz Schubert se agenció la voz de Pedro Schlueter en su conferencia para
contarnos los casi 32 años de vida, llena de emociones y vicisitudes, que le
condujeron a la muerte, a consecuencia de una sífilis complicada con una fiebre
tifoidea, no sin dejarnos antes un abundante repertorio musical de más de
seiscientos lieder, entre los que destacaré para esta ocasión religiosa la
“Tercera canción de Ellen”, probablemente el lied más deseado por cualquiera
novia y novio para casarse con su amado.
La pieza es
conocida popularmente como el Ave María de Schubert, pero fue compuesta
originalmente como un arreglo de una canción popular del poema épico “The lady
of the lake” de Walter Scott, el mismo que escribiera “Ivanhoe” el sajón que
lleva su particular cruzada contra Juan Sin Tierra, con la ayuda de Robin Hood
para devolverle el trono a Ricardo Corazón de León. En el poema de Scott, la
«dama del lago» canta una oración
dirigida a la Virgen María, invocando su ayuda, cuando huye con su padre para
esconderse en «Cueva del duende» para evitar la venganza del rey contra el
anfitrión que le dio cobijado en su exilió.
Las palabras de apertura y el estribillo de la
canción de Ellen, a saber, «Ave María», pudo conducir a la idea de adaptar la
melodía de Schubert como un arreglo para el texto completo de la oración
tradicional católica del Ave María. La versión latina del Ave María tiene ahora
un uso tan frecuente con la melodía de Schubert que ha dado lugar a la idea
errónea de que originalmente escribió la melodía como un arreglo para el Ave
María.
Dios
te salve María, llena eres de gracia,
el
Señor es contigo;
bendita
tú eres entre todas las mujeres,
y
bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa
María, Madre de Dios
ruega
por nosotros, pecadores,
ahora
y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Somos pecadores, pero no volveré a perderme la gracia de otra conferencia de Música y Palabras. Pedro
Schlueter terminó su conferencia con una vieja pero quizás mejor versión del "Ave María", la cual desgraciadamente no encontré en youtube por lo que no siendo
capaz de decidirme por la versión que prefiero y te recomendaría, te doy el
enlaces de tres de las grabaciones más destacadas para mí:
Por
Andrea Bocelli
Por Sarah Brightman
Por
Luciano Pavarotti
Hay dos personajes que comparto profunda admiración con Schubert, un poeta: Goethe y un músico: Beethoven; si bien es cierto que antes de la muerte, quién más me ha acercado a Dios ha sido la música religiosa de Maestro Valle y de Franz Schubert.
Te indico a continuación la traducción del poema de sir Walter Scott, como siempre gracias a wikipedia, una preciosa oración:
Te indico a continuación la traducción del poema de sir Walter Scott, como siempre gracias a wikipedia, una preciosa oración:
¡Ave María! ¡mansa doncella!
¡Escucha la oración de una doncella!
Tú puedes oír aunque sea de lo salvaje,
Tú puedes salvar en medio de la desesperación.
Seguros podemos dormir bajo tu cuidado,
aunque exiliados, marginados e injuriados –
¡Doncella! Oye la oración de una doncella;
¡Madre, oye a una hija suplicante!
¡Ave María!
¡Ave María! ¡Intacta!
El lecho de piedra que ahora tenemos que compartir
Parecerá este edredón de plumas apiladas.
Si tu protección se cierne allí.
El aire pesado de la tenebrosa caverna
Se respirará como bálsamo si tu has sonreído;
Entonces, ¡doncella! Oye la oración de una doncella;
¡Madre, ten en cuenta a una hija suplicante!
¡Ave María!
¡Ave María! ¡Formada sin mancha!
Demonios apestosos de la tierra y el aire,
De esta su acostumbrada guarida exiliados,
Huirán ante tu hermosa presencia.
Nos inclinamos a nuestra suerte de cuidado,
Bajo tu guía reconciliados;
Oye por una doncella la oración de una doncella,
¡Y por un padre oye a una hija!
¡Ave María!
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Su escrito me parece una preciosa oda a todas las Gretchen y Fausto. Es una pena que me haya perdido un evento tan mágico, pero, descrito como usted lo hace se podría decir que me ha transmitido su emoción.
ResponderEliminarUn saludo
Ana Chaceta
Decididamente, soy una mujer afortunada. El Destino, la Providencia, el Karma, el Sino han hecho que te cruzaras en mi camino y pueda así disfrutar de estos ratitos saludables. Escuchar el Ave Maria de Schubert y andar Gabrielando es de las pocas cosas agradables que me puedo permitir en estos días. Mil gracias, Gabriel.
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