martes, 7 de enero de 2014

Regalazo de Reyes


Hoy me apetece repasar con atención lo que me han dicho algunas personas en la intimidad de  internet, no para aprobar ni corroborar, sino ahondar y dejar constancia de otras miradas que me han hecho pensar sobre lo tratado. No se trata de preguntar de nuevo sobre lo dicho, sino asumo un nuevo reto sobre que puedo hacer yo con las ideas que me han prestado. Es como sí estuviera en una parada de guagua, piso el freno de pie y echo mano a la reflexión para que los viajeros suban o bajen según sea el destino deseado.

Me dijo un amigo en la primera parada:

Caminaba con mi padre, cuando él se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó:

- Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más?

- Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí. Estoy escuchando el ruido de una carreta.

- Eso es, dijo mi padre. Es una carreta vacía.

-¿Cómo sabes que es una carreta vacía si aún no la vemos?

Entonces mi padre respondió:

- Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido. Cuánto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace.

Y ahora cuando veo a una persona que no escucha, hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y haciendo de menos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi amigo diciendo: Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace.
La cruda verdad es que utilizamos el ruido para atrapar el molesto vacío que sentimos en nuestro interior, y descubro entonces que nadie está más vacío que aquel que su carreta la llena solo del YO mismo.



Me dijo una cuñada en la segunda parada:

- Cada día pierdo más la paciencia.

Me preocupó, pero a la vez me tranquilizó el comprobar que lo que le hacía perder el sentido eran las simples cuestiones cotidianas y familiares, esas que nos ponen de los nervios de punta a todos y nos envuelven en una neblina que sin llover nos empapan de dudas.
Y me pregunto: Sí escucháramos a un pájaro, sin que nos moleste su canto; sí fuéramos capaces de oír al viento, sin asustarnos; sí lográsemos sentir el murmullo del mar sin que nos diera miedo, ¿por qué no veríamos en nuestro interior lo que anhela el alma sin dolor, ni sufrimiento?

Me dijo una prima en la tercera parada:


Y en verdad, esta oración Gestalt ha servido a muchas personas para resolver su conflicto individual en multitudes de casos con gran efectividad. Sin embargo, la terapeuta Gestalt Carmen Vázquez Bandín al considerar que esencialmente somos seres sociales y que en el encuentro con el otro es donde nos enriquecemos mayormente, reestructuró la oración de Perls, y ora así:

“Yo hago mis cosas y tú haces las tuyas.

En muchas de las cosas que hago, tú tienes mucho que ver,

Y en muchas de tus cosas yo he contribuido.

Yo puedo ser yo contigo mientras tú puedas ser tú conmigo.

Yo seré yo mientras tú seas tú;

Y aunque por casualidad nos hayamos encontrado,

Continuemos juntos o separados,

Nuestra vida nunca volverá a ser la misma ya que

Nuestro encuentro nos habrá enriquecido”


Me dijo recientemente una amiga en la cuarta parada:

-    No hay nada mejor que tomar diariamente una infusión de té verde para ser inmune. Cuando se dan ciertas enfermedades y muy prolongadas, el Ego se deja arrastrar de tal forma por el sufrimiento que deja de vivificar las células, lo que permite que la enfermedad física provoque inactividad mental, situación que hace prácticamente imposible desprenderse de la enfermedad a menos que pares la inflamación de los malos pensamientos.

Y es que la muerte es un tema eludido, soslayado por la sociedad y olvidamos que es una parte de la existencia, como el nacer, y que también en esa etapa final puede haber crecimiento y desarrollo. Los que han tenido la fortuna de que la muerte les avisara su llegada por anticipado, tuvieron una posibilidad más de llegar a ser, en esos postreros momentos, plenamente humanos. El té con una amiga también es un anti-oxidante perfecto.

Me dijo mi nieta en la última parada de Valsequillo:

-    ¡Atata, mira!

Y allí estaba yo por suerte para ver las dos inmaculadas azucenas de mi jardín y a mi Princesa Cátara (pura). Todo un regalazo de Reyes.


El tiempo siempre escasea, pero nunca tanto como para tomar por desperdicio un momento de reflexión, y esta menos que ha sido muy instructiva y gratificante el aprehender las enseñanzas de mis compañeras y compañeros de viaje. Por todo ello, amigos, cuñada, prima, nieta, y a todos los que contribuyeron en algo a este recorrido, decirles que nuestra alegría sea grande en este nuevo año. Buen viaje y gracias por compartir la maravillosa carga existencial, a pesar de que la sensación de catástrofe siempre está por ahí merodeando y aunque mire siempre atrás con añoranza y adelante con temor, hoy más que nunca resultan prometedoras mis sospechas de que mañana amaré tanto la vida como lo noto ahora.

3 comentarios:

  1. (Algún acentillo, alguna coma...pero cada vez nos sobran más signos...)
    Me quedo en esa parada última...admirando su belleza.
    Abrazo

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  2. ¡Bravo Lin!. Pues sí, un verdadero regalazo de Reyes. ¿que puede ser mejor que amar la vida y disfrutar de esa preciosa nieta?

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  3. Me recordó esta bonita canción de piano titulada la Sexta Parada de Joe Hisaishi. Muy apropiada para reflexionar un dia lluvioso como hoy.

    http://www.youtube.com/watch?v=KYQGls4kw9k&list=RDo05vrAEWcFU

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