jueves, 4 de octubre de 2012

¡Cecilia, una vida sesgada mientras dormía!


Vengo agotado de caminar por la playa oyendo la excelente música clásica que elegí en su día concienzudamente para mis paseos, creyendo que  lo perfecto era también incansable,  pero hasta lo divino termina empalagando, por lo que me senté delante de mi iMac para crear una nueva lista de reproducción que amenizará mi ejercicio matutino y  sirviera de estimulo a mis piernas para andar de nuevo. Empecé revisando mi discografía y me decidí llevado por la nostalgia  a recopilar la música de mi época universitaria. Me evoca un espíritu reivindicativo y de protesta, al tiempo que renueva ilusiones por utopías llenas de buenas intenciones, de cambiar sin dejarme mover, cargada de sentimientos generosos y solidarios que me ponen las pilas para emprender una nueva lucha con fuerza y voluntad.
Hablo de los años setenta, los llamados años de la transición, impregnados por la rebeldía del  68 que permitiría que existiera el sexual 69 y el parto del cambio democrático y la ruptura del franquismo.  Son para mi los tiempos musicales de Atahualpa Yupanqui, Jorge Cafrune, Chavela Vargas, Violeta Parra, … los del poncho, con olor a hierbas silvestres humedecidas por el invierno de las medianías en La Laguna o en San Mateo, momentos que fueran debidamente regados con el vino de Tacoronte o del Monte.
Una panda de cantautores jóvenes, contestatarios y algo anárquicos; revolucionarios y radicales; liberales y socialistas; conservadores y comunistas; pero todos militantes de la libertad y de la democracia, que nunca fueron del agrado del poder dictatorial, se convierten en agentes del cambio social y referentes de la transformación hacia una utopía. Son muchas y muchos, todos merecen mi reconocimiento,  pero tan solo puedo seleccionar, por razones de espacio, tiempo y disponibilidad discográfica propia, a unos pocos para la nueva lista de reproducción de mi ipod: Serrat, Mercedes Sosa, Aute y Cecilia.

Cien canciones latinas, entre milongas y zambas, me transportan a una era estimulante e inquietante; parada laboralmente y generosa, provechosa culturalmente y prospera; pero sobre todo comprometida socialmente y responsable. La tristeza de la canción protesta me le quitaré con alguna alegre ranchera de Dolores Pradera o la endulzaré con el azúcar  de Celia Cruz y los timbales de Tito Puente.
El resultado de la tarea ha sido una mañana mágica,  algunos dirán: Siempre pensando en el pasado, cuando la mayoría de los recuerdos son mentiras y desvirtúan la razón. Más, el placer de escuchar grandes voces, dotadas de personalidad y de ritmo, desgarradas unas y otras angelicales,  todas diferentes pero con un mismo mensaje de paz, justicia y amor.
Sin embargo no queda aquí la cosa, aquello que escuche en su tiempo, hoy tiene una nueva lectura o nivel de conciencia que me permite descubrir otras emociones que pasé por alto o de puntilla, sin valorar debidamente el mérito de su trabajo musical y la influencia que ha tenido para el desarrollo de nuestra vida, personal y social. Por eso, déjenme  que les cuente mis emociones y suposiciones, sugeridas al volver a mi juvenil pasado musical, a través de una mítica artista que se convierte en una magnifica leyenda para toda una entusiasta generación, la cual titulo: ¡Cecilia, una vida sesgada mientras dormía! haciéndome eco para las nuevas camadas, de la vigencia de su mensaje, sensibilidad y talento creativo.
Haré una sucinta aproximación a la persona y su obra, para a continuación, visualizar mi particular mirada. Lo de “particular” lo debería de cambiar por provocativa, controvertida, inédita u oportunista mirada, mejor pongan ustedes el calificativo al final, aunque espero que no me lo pongan a mí por atraverme a contar lo que pienso.
Copio literalmente la breve biografía que nos ofrece la web familiar:

Cecilia, Evangelina Sobredo Galanes, nació en Madrid el 11 de octubre de 1948. Era hija de diplomáticos españoles, y por ese motivo viajó durante su infancia por distintos países.
Sus primeros recuerdos de la infancia son ingleses y abarcan unos cinco años. Ya, en la adolescencia, comienza a actuar en las fiestas del colegio de fin de curso, afición que ya no abandonó nunca.
Sus primeras composiciones son en inglés, pero posteriormente se inclina más a componer en su idioma materno, el español, cosechando así sus grandes éxitos. En 1970 forma el grupo Expresión, grabando un single (Have you ever had a blue day? y Try Catch the Sun).
En 1971, es contratada por la multinacional americana CBS, hoy en día Sony-Music. Graba un primer single Mañana y en la cara B Reuníos, dedicada esta última a los Beatles. Este primer disco pasa bastante desapercibido, pero es ya en 1972 al grabar su primer álbum Cecilia, cuando empieza a cosechar sus primeros éxitos con canciones como Dama Dama, Fui, Señor y Dueño o Nada de nada.
En 1973 se publica su segundo trabajo, Cecilia 2, con un aire más intimista y más maduro. Cabe destacar de este disco temas como Andar, Un Millón de Sueños, Mi Ciudad y Canción de Amor.
Es en 1975, después de editar varios singles cuando publica el álbum Un Ramito de Violetas, cuya canción la consagró para siempre. En este mismo disco se encuentra la canción Mi Querida España, con la que meses antes había tenido también un gran éxito. Este disco está además ilustrado con dibujos hechos por la propia artista, uno por cada canción.
Meses más tarde Cecilia representaría a Televisión Española en el festival de la OTI con la canción Amor de Medianoche. La letra era de ella y la música de Juan Carlos Calderón. Quedó clasificada en segunda posición. A finales de año, publica su cuarto trabajo, que consiste en nuevas versiones de éxitos de años atrás incluyendo además la canción del festival.
En 1976, mientras trabajaba en su siguiente disco dedicado a poemas de Valle Inclán, publica el single Tú y Yo, con gran éxito durante ese verano. En la madrugada del 2 de agosto fallecía en accidente de tráfico a la vuelta de un concierto en Vigo. Cecilia era por entonces la cantante y autora de España más cotizada de la época.
Tras su fallecimiento se publicó un nuevo single a modo de homenaje, compuesto por las canciones El viaje y Lluvia.
Siete años después en 1983, se edita un álbum con canciones inéditas, cabe destacar de él Doña Estefaldina, un tema con música inspirada en un vals y letra de Valle Inclán, que hubiera formado parte de su nuevo álbum en 1976.
En 1991, se publica el CD 20 Grandes Canciones. Son como dice su título, 20 éxitos de Cecilia, remasterizados digitalmente.
Cinco años más tarde en 1996, se publica un doble álbum, con 6 dúos (Miguel Bosé, Merche Corisco, Julio Iglesias, Ana Belén, Manolo Tena y Sole de Presuntos Implicados) y un tema inédito, Desde Que Tú Te Has Ido, canción que hizo popular el grupo Mocedades años atrás.

 Añado yo para actualizar, que en 2011 se presenta un nueva colección de temas inéditos que nunca grabó en estudio, sino en diversas actuaciones y conciertos para emisoras de radio. Un tesoro que guardaba la familia y que ahora los admiradores de Cecilia podemos escuchar incluso las entradillas habladas que hacía para presentar cada tema. Y nos recobra el sentimiento mágico que las canciones, tristes unas, ingenuas otras, nos dejó siempre Cecilia.
Han pasado 36 años desde que Cecilia falleciera trágicamente, en un accidente de tráfico al estrellarse su Seat 124, en un tramo urbano oscuro de Colinas de Trasmonte a su paso por Zamora, con la trasera de un carro tirado por bueyes sin señalización y luces. En el momento del accidente iba dormida en el coche, falleciendo instantáneamente. Tenía 27 años. La acompañaban sus tres músicos, dos de los cuales se salvaron con diversas heridas (como también el matrimonio de labradores que conducían el carro), pero desgraciadamente el batería, Carlos de la Iglesia también murió en el acto.
Por entonces se encontraba en el momento más glorioso de su carrera musical. En sus canciones costumbristas, retrató una España en descomposición, al estilo de lo que hizo José Luis García Berlanga. Desde entonces su figura se fue agigantando y su obra ha cobrado la categoría de mítica entre los cantautores españoles.
La pregunta que me hago es: ¿qué hubiera sido de Cecilia si hubiera sobrevivido al fatal accidente? Entro en la conjeturas pretendiendo no ofender a nadie, como le gustaba hacer las cosas a Evangelina, sin romper un plato es capaz de denunciar la hipocresía de la clase burguesa y decadente de su tiempo, y sin levantar el puño o detrás de una pancarta, fue la Eva grillo de la mala reputación en una España muerta por la guerra civil. Se viste de ángel para sermonear al franquismo, torea difíciles faenas con soltura y valentía, saliendo del ruedo, siempre aplaudida, por la puerta grande. No podría ser de otra forma, siendo hija de un afamado diplomático y una madre de buena cuna, era siempre políticamente correcta, hasta con la iglesia española o bien criticando a Don Roque, el cura provinciano. Nadando y guardando la ropa, sabiéndose tímida y vulnerable. Una perfecta “equilibrista”, como así la presenta José Madrid en su libro sobre la vida de Cecilia y que como ella misma reconocía en una de sus canciones.
Como muchos otros artistas, Cecilia tuvo algunos problemas con la censura existente en España durante la dictadura del General Franco. Algunas letras tuvieron que ser modificadas, ciertos temas fueron descartados de los discos y algunas de sus portadas fueron sustituidas. La canción "Dama Dama" fue suavizada en los versos que dicen "Puntual cumplidora del tercer mandamiento, algún desliz en el sexto" quedando el final del mismo "... algún desliz inconexo". El tema "Mi querida España" tuvo que ser modificado, quedando eliminadas las referencias a las Dos Españas (Esta España viva, Esta España muerta, Esta España blanca, Esta España negra).
Entre los temas descartados para su publicación se encuentra la canción "Soldadito de plomo", una crítica al ejército, nunca vio la luz en vida de Cecilia.
El tema "Un millón de sueños" supuso a Evangelina pasar por el juzgado, su título original era "Un millón de muertos". Su alusión a la guerra civil española era directa, descaradamente, Cecilia declaró que se trataba de un tema acerca de la Guerra de los seis días, que vivió en persona, y el tema no fue modificado salvo en el título, si bien recibió el calificativo de "no radiable". (fuente: Wikipedia)
Doña Estefaldina se escapó de la censura al ser presentada siete años después de su muerte, en la España Constitucional. Sería imposible que en 1976 viese la luz una poesía de Valle-Inclán sobre una señora que odia a los masones… y que con sus ademanes responda al saludo de los capellanes… “Estefaldina” es (en mi memoria) una auténtica caricatura de Doña Carmen Polo de Franco.
¿Qué influencia ejerció Ramón María Valle-Inclán  en la obra de Cecilia? ¿Se convertiría Cecilia en un Francisco Umbral, fans de Valle? ¿Qué simboliza realmente la portada de su álbum "un ramito de violetas"? Elegimos a nuestros biografiados por afinidad, fundirnos con él, mostrarlo en nuestras coincidencias, queriendo reforzar nuestras propias creencias. Igual que Umbral, Cecilia se hace visible a través de los perversos y decadentes personajes que elige; los critica sin piedad, cuando ella en el fondo es un ángel que sufre al hablar mal, ¿le gustaría ser insensible  y despiadado como se presenta Valle o Umbral? ¡Algún día, alguien me responderá! Quizás, cuando vaya al Ateneo de Madrid, estando delante del retrato del masón Ramón María Valle-Inclán, el manco que murió de un cáncer de vejiga, como un dandi, con sus botines blancos y la bufanda roja. Mi admirada hippy  “Evangelina”, me contestará, o simplemente quedará en un “nada de nada” o un “nada de nadie”.
En su canción “Andar”, deja perfectamente musicado su testamento:  Aunque el camino sea estrecho……sin rumbo y sin meta… el caso es andar, el caso es andar….  No me pertenece el paisaje, voy sin equipaje, … quiero ser peregrino por los caminos de España…. No dejo rastro, ni huella, por no ser, ni soy recuerdo, yo paso haciendo silencio sin ser esclavo del tiempo…
Ya me gustaría ser su amor secreto, mandarle flores por primavera. Y cada nueve de noviembre, como siempre sin tarjeta,  mandarle un ramito de violetas.
Escucho la música ambiente del pub de enfrente de casa, será una casualidad, pero Cecilia canta “Dama Dama”, para colmo encima, este mismo mes, el 11, es su cumpleaños, ¡que fuerte atracción siento! sólo puede ser que esté  aún “presente”.  Su vida, que fue sesgada muy joven, hoy vigente, su espíritu vuelve a brotar. Espero con impaciencia su nuevo álbum: Esencias de Cecilia.
¡Mi querida España, se volverá a escuchar! .... ¡Felicidades Cecilia!






3 comentarios:

  1. La presentación del nuevo álbum de Cecilia debería hacerse en el Ateneo de Madrid. Me supongo que lo habrán pensado.

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  2. Gracias, san arcángel, por traerme a la memoria los años de juventud. Por descubrirme esta Cecilia reivindicativa y soñadora. Nosotras éramos intérpretes de todas sus canciones, calcábamos su voz, imitábamos sus melenas con la raya al medio, ingenuas de nosotras entre risas y bromas. Aquel día sentimos ese pinchazo que te deja sin respiración... Con los años soñamos con el ramito de violetas...

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  3. Era fantástica,muy buena persona. Me gusta su carácter.

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