Perdonen que recurra a
este tópico literario, como exhortación a no dejar pasar el tiempo que se nos
ha brindado y a disfrutar los placeres de la vida dejando a un lado el futuro,
que es incierto.
"Carpe diem"
es una locución acuñada por el poeta romano Horacio, que literalmente significa
"toma el día", que quiere decir "aprovecha el momento", en
el sentido de no malgastarlo.
Este tópico respecto a
las diferentes épocas literarias ha ido variando ligeramente en la forma de
interpretarlo. En la Edad Media era
entendido como: "vive el momento porque vas a morir pronto", durante
el Renacimiento, los ideales de belleza y perfección lo entendieron como: "vive
el momento porque vas a envejecer pronto". El adagio latino podría
equivaler a sentencias en castellano como "no dejes para mañana lo que
puedas hacer hoy" o "vive cada momento de tu vida como si fuese el
último".
A mi me viene hoy como
"anillo al dedo" para seguir la orden del día que me he propuesto,
para aquí y ahora: tomar parte.
Nos pasamos la vida
criticando lo que pasa o no pasa en
nuestro mundo, lo que hacemos bien o mal, y eso es conveniente y hasta
necesario, pero no suficiente para cambiar, mejorar o progresar hacia la
perfección, si no actuamos a continuación directamente sobre las cuestiones,
quedándonos en la crítica, comiéndonos los sesos y abrumados por un trabajo
excesivo que nos agota y abate, sin darle descanso a la mente para volver a
tomar parte de la propia realidad.
"No pretendo
descargar a nadie", como recomienda Pitágoras, es menester "no ayudar
a los hombres a vivir en la pereza y en la molicie, sino a pasar su vida en los
trabajos y en los ejercicios de la verdad".
Bajemos de las alturas
para "tomar tierra" y concluir en el análisis de la situación actual.
Recurro a lo aportado por unos amigos en una tertulia reflexionando sobre el
asunto, en el que nos preguntamos: ¿Podemos confiar en construir un estado, una justicia, un entramado
financiero y económico o unos medios de comunicación cada vez más perfectos,
dotándole de estructuras e instituciones eficaces y dignas, lideradas, gobernadas,
gestionadas y participadas por ciudadanos que antepongan el bien común al
beneficio ilícito y a la corrupción, desde sólidos principios éticos para así
mejorar el bienestar de todos y el progreso de la Humanidad?
La respuesta fue
unánime: Hay que "tomar razón", sin implicarse no se puede alcanzar
una utopía. La utopía no se construye sola, hay que "tomar parte".
Como ciudadanos no
podemos quedarnos en la crítica que nos rodea y aturde, no podemos quedarnos
complacidos actuando como filósofos de gabinete, sino implicarnos, hora a
hora, día a día, con voluntad y
perseverancia, y por supuesto no podemos fallar en la creencia de la
perfectibilidad de los seres humanos, ni menos dejar de trabajar por su
progreso y bienestar.
Desde lo más cercano,
insignificante y cotidiano, hasta las más altas tareas de la sociedad, deben
ser revisadas, modificadas o cambiadas, actuando honestamente con conocimiento
y sabiduría, sin dudas de poder lograr unidos nuestra misión de alcanzar las
mayores cotas de libertad, igualdad y fraternidad en esta época en la que nos
ha tocado vivir nuestra existencia en la Tierra.
Como decía ayer en mi
camiseta pone: vete a tomar .... conciencia. Hoy propone: a Dios rogando, con
el mazo dando. Aunque tengamos los pies cansados y el pecho oprimido, sigamos
luchando, vale la pena el esfuerzo, nuestros descendientes se merecen lo mejor.
No los podemos mandar al pasado, ayudémosles a construir un futuro mejor, por
eso tenemos que actuar en el presente, repito, aquí y ahora, con las ganas y la fuerza que da la unión de la gente
al "tomar parte" en un objetivo común: más justo y perfecto.
No te dejes engañar en
que la solución está en el fascismo o el anarquismo, sino en la tolerancia
y el compromiso con los demás, huyendo
de todo fanatismo, de una forma generosa darás y recibirás. El optimismo es una
actitud clave para llegar a la meta con alegría y felizmente. Y cuando estemos
plenamente satisfechos nos despediremos para descansar en paz repletos de amor.
Disculpen la
cursilería, pero estoy muy sensible ante lo que sentimos y padecemos, si estas
hartó quéjate, que todo por poco cuenta, más "toma parte" de la
responsabilidad que te corresponde, no me atrevo a decir qué, cuánto, cómo, y dónde lo debes hacer, lo
sabes mejor que nadie, sólo les sugiero lo que Pitágoras, una vez más, en su
escuela nos enseñó: como no vale la pena hacerlo; y que coseché entre sus
símbolos ocultos:
NO PASÉIS POR LA
BALANZA
No violéis la
justicia, no escuchéis la avaricia, porque de ella procede la injusticia.
NO ROMPÁIS LOS DIENTES
Elige el camino de La Paz,
sin sembrar maledicencias y violencias.
NO COMÁIS DE LA MANO
IZQUIERDA
No viváis sino de una
ganancia justa y legítima, y no os
alimentéis de robos y rapiñas, sino de vuestro trabajo; porque la mano
izquierda ha sido siempre la mano sospechosas del ladrón.
NO SALTÉIS DEL CARRO A
PIES JUNTILLAS
Es decir, no hagáis
nada atolondradamente, ni cambiéis estado así, de pronto. Se requiere
propósito, pensar, paciencia y perseverancia, para quedar en pie al saltar del
carro.
Y otros muchos más que
puedes descubrir en ti mismo, si te conoces, yo con humildad tome las mías. Y
término, "espero no haber escrito sobre la nieve", dando a entender
que es tomar un camino inútil, dar preceptos a gentes débiles que no saben
retenerlos y de los que se aportan enseguida; porque el menor calor de estas
sentidas ideas y sentimientos, es decir la menor perfección, les funde y
nuestros preceptos se desvanecerán.
Agradezco a mis
amigos, que los reconozco también como hermanos, la invitación a la reflexión y
la aportación de referencias y fuentes que enriquecen este "Gabrielando". Y como
no, a Pitágoras, al gran maestro que ha dejado discípulos para siempre sobre la
tierra, renovando su semilla, revelando las respuestas de todos los fenómenos
de la vida; no sólo de los misterios de la conciencia, sino también de la
naturaleza y la materia, por medio de sus Símbolos Ocultos y de los Versos
Dorados.
Vuelvo al principio,
CARPE DIEM, aprovecha el momento, TOMA EL DÍA.
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