lunes, 31 de diciembre de 2012

El último día del año



Resulta incuestionable que el año comienza el primer día del primer mes, si bien en la era romana el primer mes era marzo, la vida era así y no me la he inventado yo, pero no me gustaría que el último día del año 2012 lo recordaran como el peor año de la crisis, sino totalmente al contrario por algo que marcará el devenir de los tiempos futuros, un designio para la humanidad, una nueva era, el año en que las personas de este pequeño planeta azul emprendieron el camino que debe acercarnos a un mundo de valores nuevos, a través de los cuales podemos ser capaces de comprender un poco mejor lo que sucede tanto en nuestra vida como alrededor del universo.
Deseo que el año 6013, después de la verdadera luz, sea el desafío íntimo y personal de entrar en el camino de la transformación y el crecimiento espiritual. Pero vamos al grano, "me interesa el futuro porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida", como dijo Woody Allen, según leí en el sobrecito del azúcar cuando me tomé el primer café de la mañana.
En nuestro acontecer diario deberíamos dedicar unos minutos a elevar nuestros pensamientos y sentimientos, y analizar los momentos importantes del día, viendo si hemos creado el orden, utilizado el poder, la energía, la voluntad, la armonía, la inteligencia o la imaginación, los siete peldaños que en la antigüedad relacionaban nuestros antepasados con las fuerzas planetarias como vía de elevación espiritual. Elevemos nuestros ojos al Oriente donde se encuentra la "estrella flamígera", el símbolo del hombre perfecto, del Hombre de Vitrubio representado por Leonardo Da Vinci, del Dios manifestado en el hombre. Los cinco caminos de la estrella marcan cinco espacios de nuestra vida que debemos trabajar cada año. Los primeros 72 días/grados nos invitan a trabajar nuestra voluntad, a planificar la puesta en marcha de nuevos proyectos. Los segundos 72 días/grados nos impulsan a trabajar el aspecto emocional de los acontecimientos, a comprender los sentimientos, a sentir  con fuerza cada movimiento. Los terceros 72 días/grados nos ayudarán a razonar nuestras actuaciones, a penetrar en el terreno de las ideas, de la lógica. Los cuartos 72 días/grados nos servirán para llevar a la práctica los proyectos iniciados, de plasmarlos en la realidad. Los quintos 72 días/grados son de libre albedrío , es el momento en que el ser humanó debe crear, realizar su propia obra. El secreto es vivir en profundidad, con la consciencia desplegada en todas direcciones, cinco veces setenta y dos días al año, es la auténtica cuadratura del círculo, los 360 grados de la circunferencia, que representa la perfección.


Antes del final del año por tanto, esto sí ocurrirá, barreré mis piedrillas desbastadas de mi escultura y las colgaré en mi taller para medir la basura que me he quitado este año. En el memorándum del año siempre nos limitamos a confeccionar una contabilidad de sumas de saldos  en el  debe o en el haber y según el resultado económico diremos descaradamente si el año fue bueno o malo. Sin embargo en esta ocasión mi balance estará más centrado en lo que me he quitado y lo que he añadido, lo que verdaderamente he avanzado puliendo una piedra. No incluiré el "polvo" acumulado en el pavimento de los desahucios humanos, sería hasta grosero por mi parte y un ofensa para otros, sólo contaré en mi cuenta de perdidas y ganancias las cosas del corazón y de la razón, del sentimiento y el conocimiento, en definitiva una cuenta de despojos y abundancias de los auténticos valores humanos.


Copio una lista con cuarenta cualidades positivas que utilizaban los iniciados egipcios para la formación de un ser perfecto y cuantificaré en una tabla del cero al siete, la valoración de lo que he llenado o vaciado de esa virtud en el transcurso de este año. La tabla no llega al diez porque eso le corresponde sólo a Dios, y tiene además en consideración, que menos de cero sigue siendo Nada.
Esta es la plantilla que llamaré el "Código de la Luz":

Amor y sabiduría
Fortaleza
El poder de descubrir y apreciar belleza
Discernimiento
Elocuencia
Veracidad y exactitud
Habilidad
Eficiencia
Sentimiento de unidad
Cortesía
Tacto
Decisión
Valor
Jovialidad
Confianza
Calma
Equilibrio
Perseverancia
Reverencia
Devoción
Previsión
Rectitud
Sentimiento de honor
Imparcialidad
Justicia
Indecisión
Dominio mental
Dominio emocional
Dominio físico
Prudencia
Dominio de la memoria
Meditación
Pureza
Paciencia y afabilidad
Persuasión
Adaptabilidad
Tolerancia
Humildad
Estudio
Perspicacia.


No las puedo enumerar para no dar pie a que una sea más importante o tenga mayor valor que otra, todas ellas son imprescindibles a fin de construir con el mancomunado de virtudes, una magnífica y radiante forma mental de perfectas proporciones. Pero si debemos cuantificar cada una de ellas en la creencia que la virtud pueda estar en el término medio y así saber en que año luz nos encontramos de la Verdadera Luz.
Cuando analices los resultados no pretendo que te sientas como un animal, como tampoco un místico iluminado, tan solo espero que con esta herramienta puedas fielmente valorar la situación de nuestras cuentas intangibles para ser consciente de lo que éramos, somos, y deseamos SER.

He sacado una nota baja, que fácil es predicar y que difícil es ejecutar el mensaje que se ha dado sin tener un mínimo fundamento. Para discurso con cimientos las canciones de Chavela Vargas, cuando "Amaneció otra vez, entre tus brazos, y desperté llorando, de alegría, me cobije la  cara, con tus manos,  para seguirte amando, todavía" ...; igual que "cuando cayo la noche y apareció la Luna, y entró por la ventana, que cosa más bonita, cuando la luz del cielo iluminó tu cara" ...; es la misma emoción que se origina al llegar al paseo de Las Canteras y ver la playa chica con la marea baja, detrás la barra grande y en el fondo, claramente, el Teide gigante a la puesta del Sol. ¡Fueron estos los momentos del año con mayor puntuación!
"Voy camino a la locura, aunque todo me tortura, se querer", gracias Chavela Vargas por  las canciones prestadas, ¡hasta siempre! (falleció en agosto de este año).
Evocaré el recuerdo de las felices horas, y cuando tu te hayas ido 2012, mi AMOR:
¡Me envolverán las sombras!

1 comentario:

  1. Algo de tu blog del Fin de Año, me llevó a escribirte por este lado. Sobre todo leyendo las cualidades positivas, mi mente se fue a otras cualidades mas terrenales, físicas, y/o materiales, como las que aquí se cuentan.
    "Amo tanto el tiempo que me queda. 
    Quiero reír, correr, llorar, hablar. Ver y creer. 
    Beber y bailar. Gritar, comer, nadar, brincar, desobedecer. 
    Volar, cantar, marchar y volver a marchar. Sufrir y amar.
    Amo tanto el tiempo que me queda.
    Cuando el tiempo se pare, todavía te amaré. 
    No se dónde ni como, pero yo te amaré, de acuerdo?"

    Forma parte de un bello poema "Le temps qui reste" de Serge Reggiani.

    Y también es parte de la banda sonora de la película "Deux jour a touer", de cómo se aferra una persona al tiempo que le queda cuando le diagnostican un cáncer terminal.

    ResponderEliminar