martes, 7 de mayo de 2013

“Apriscos de Luz”


El “Avadhut” es un ser liberado de la tristeza, de la falsa ilusión, liberado del mundo experimental anda libremente por el mundo como un niño o un loco, podemos verlo con o sin ropa, no usa emblema, no permanece a ninguna orden, no interpreta, para el avadhut nada es justo o injusto, santo o profano, no profesa, puede ser música o poesía, son historias en los apriscos de luz de una radio.


 El “Avadhut” puede observar, como las distintas culturas y ubicaciones hacen diferentes los valores, por lo que ningún valor que dependa de lo externo es real y absoluto. Los Avadhuts comprenden que un diamante no es más que una piedra, a la que la mente humana ha dado valor. Y que todo tiene el valor que tu le das... 

El mundo con el que te relacionas y al que amas, es un aprisco creado por tu propia mente y tiene muy poco que ver con el mundo real. La clave es comprender y tomar conciencia. Entonces todo lo que te esclaviza se va a ir desmoronando, va a ir perdiendo poder en ti y tu propia creatividad va a ir reemplazando al robot, rígido y falto de vida que eras, por un avadhut. Ya no vas a admirar a una flor porque la sabes bonita, sino vas a poder penetrar la esencia de todas las flores. Sólo en la medida en que seas capaz de ver a alguien tal como realmente es, aquí y ahora, no tal como es en tu memoria, en tu deseo y en tu imaginación. Sólo así podrás realmente amar al “avadhuta”. 


"Avadhut" es una palabra que no vas a encontrar en el diccionario de la lengua española. Si quieres saber qué es y cómo se consigue ser un "avadhuta", tendrás que escuchar La canción del Avadhut en  Radio 3. Una experiencia mística o una regeneración si te propones eliminar las rejas que tu mismo te pusiste, siendo el limite tu propia imaginación, y donde el redescubrirte a ti mismo, es simplemente redescubrir la vida en plenitud que puedes alcanzar. 

Anthony de Mello aclara la cuestión perfectamente: Una turista occidental contemplaba, llena de admiración, el collar de una nativa. "¿De qué está hecho? ", le preguntó. "De dientes de caimán, Señora", respondió la nativa. "¡Ah, ya!. Supongo que los dientes de caimán tendrán para ustedes el mismo valor que para nosotros tienen las perlas... "¡En absoluto!. Una ostra puede abrirla cualquiera." 

No sabes lo que agradezco los tambores tocados en los apriscos de luz para animarme a luchar con el alma en esta isla sin memoria. Te pongo por testigo para observar los cambios, las mutaciones y transformaciones de los anhelados deseos de sacar lo mejor de la vida, cambiando lo superficial y lo profundo, aunque ello me cause una cierta melancolía. Gracias “Avadhut”.



1 comentario:

  1. Tú sí que sabes, conformar y conjuntar. Las palabras, pensamientos y anhelos se dan la mano con un lazo tan fuerte que se ensartan a la misma vida de lo cotidiano, lo rural y silvestre. Lo sencillo, y no menos importante por ello, me conmueve, me traslada, me lleva a seguir la senda que voy trazando sin encontrar respuestas. El hecho simplemente de caminar, me ayuda a seguir siendo, vivir sintiendo que todo forma parte de mí, que lo mejor está por venir, aunque lo pasado no sea malo.
    Muy bonito el "Avadhut", en un Aprisco de Luz!

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