...—CUÉNTANOS ALGO DE TU VIDA, ABUELO
—ME DICE LA NIETA MAYOR—, ALGO LEJANO Y SENCILLO QUE ILUMINE TU
RECUERDO Y NOS HABLE AL CORAZÓN...
Así dedicó Emilio Valle Gracia su "Cuaderno
de Recuerdos Triviales", y así comenzó su relato:
"Nací en un disminuido y recoleto rincón de Vegueta en esta tan querida Isla de Gran Canaria: la calle de "La Gloria". Fue ello el 2 de mayo de 1891; ..."
Luego nos cuenta sus peripecias anecdóticas y la
miscelánea isleña. Su cobijo a los seis años de edad en Teror mientras transcurría
la Guerra de Cuba por temor a una invasión de las fuerzas norteamericanas, o su estancia en la
embrujada ciudad de Granada donde estudió Derecho, y que con la vehemente
adhesión propia de la adolescencia fueron buena muestra de la sensibilidad, la inteligencia
y el señorío del dotado joven pianista.
Este libro lo conservo gracias a mi suegro que lo
rescató al observar que tenía en el interior
una cariñosa dedicatoria manuscrita por el autor dirigida a mi padre,
salvándolo de la segura quema en la inquisidora hoguera de la limpieza de un
abandonado almacén. Pero también asimismo por su entrañable y agradable
lectura, la cual me produjo una intensa huella emocional que aún perdura, igual
a la misma que él expresó al escuchar los sonetos de su amigo y admirado poeta
Tomás Morales.
Más de medio siglo de actuación en un despacho de
abogado produce un caudal perenne de emociones de todo orden, que acaso no
admita otra comparación en su trayectoria espiritual que la del sacerdote
confesor, según indican sus propias palabras. En su "cuaderno"
recuerda dos de estas simpáticas
peripecias que les recomiendo leer. ¡No tengo comisión en la venta del
libro!
Siendo Alcalde de Las Palmas (1920-1922) -comenzaría
sustituyendo a su hermano don Bernardino Valle Gracia y finalizó al llegar la
Dictadura de Primo de Rivera- tuvo la naturales dificultades del cargo, pero
cuando "se vio negro" fue
en la apurada visita de una embajada de Liberia durante la fiesta del carnaval
en el Círculo Mercantil, donde la comitiva fue gentilmente invitada y atacada
con bolas de "confettis"
como era costumbre popular, dando en tierra con las gafas del Ministro de
Hacienda, mientras él les gritaba: ¡Que
son Ministros de Liberia! ... ¡Que
son negros de verdad! ...
"Todo acabó
bien: aquellas altas personalidades que en Oxford y Cambridge habían
configurado su destacada graduación social se integraron rápida y
comprensivamente en el general jolgorio y bailaron satisfechos y contentos
hasta la madrugada".
Buscando por internet alguna imagen o referencia de
don Emilio Valle Gracia, descubro una noticia en las notas de sociedad del
diario "La Tarde" que
informaba al chismorreo chicharrero de entonces de que "han llegado de Las
Palmas, Mr. y Miss Rallard, Miss Watson, don Francisco Alonso Jiménez, don
Emilio Valle García, .... ". Se me encendió el soliloquio y la ensoñación
heredada de los Valles. A pesar de los errores
cometidos por el redactor de la
crónica al escribir sus apellidos, lo cierto y demostrado históricamente es que
Mr. Pollard (propietario del avión (Dragon Rapide) que llevaría a Franco desde
Gando (Gran Canaria) a Tetuán (Norte de África) para emprender el "Alzamiento Nacional"), viajó a Tenerife con un grupo de ingleses y españoles
monárquicos con el fin de entrevistarse en secreto con un médico militar de la
total confianza de Francisco Franco en la clínica Costa.
¿Emilio Valle García fue realmente Emilio Valle Gracia
o no fue un error en el segundo apellido? ¿Fue una casualidad coincidir en el
barco con Mr. Pollard, o no eran ellos? ¿Para qué viajaría don Emilio Valle G.
a Tenerife, cuatro días antes de la sublevación? ¿Acompaño el tal Emilio Valle al agente secreto ingles Hugh Pollard a las reuniones mantenidas con los ayudantes de
Franco para recibir instrucciones....?
Me quedé en la duda del extraño acontecimiento, y
pensé: iría a lo mejor en calidad de abogado al serlo de la comunidad inglesa
que residía en Canarias, de intérprete por el perfecto conocimiento que tenía
del idioma ingles y de su idiosincrasia, o inexplicablemente como defensor de
la restauración de una Monarquía Parlamentaria en España -después dictadura-,
cuando sin embargo su hermano Bernardino era un destacado diputado nacional por
el Partido Republicano Federal en la Segunda República Española y terminaría en
el exilio. ¿Qué misterio? ¿Quién lo sabe? Trato de aclararlo ya que en su
"cuaderno de recuerdos triviales" no comenta
estos asuntos. Hasta el momento sólo encontré en un blog titulado
"Conciertos y desconciertos", un artículo "Sobre la fecha del
encuentro en la clínica Costa", publicado por Miroslav Panciutti, que en
las boberías que se le acurren... me abrió algunas pistas inéditas sobre el
particular, ... y ¿Me voy aclarando?
Por el interés
que me despertó y por ser fiel a la opinión de los historiadores y del
articulista-investigador pongo el enlace al blog de "Conciertos y desconciertos" para que directamente ustedes
saquen si quieren sus propias conclusiones y no embarcarles falsamente en mis
elucubraciones y confusas creencias personales. ¡Al menos me enteré bien del
camino de la sublevación del golpista! Y del viajero Emilio Valle García ¡Nada!
¿Intervino sólo profesionalmente don Emilio en el
contrato de alquiler del Dragon Rapide? Guardaría siempre el secreto a su
cliente, y yo también ¡lo demás son boberías …!
No conocí al enigmático don Emilio lo suficientemente
para poder interpretarlo y me gustaría investigar y saber algo más de él. Sólo
lo vi en una ocasión, precisamente cuando
firmó como testigo en la sacristía el día de mi boda, era para mi padre
el invitado VIP, el decano en ese momento de la familia Valle, me lo presentó
entusiasmado y advertí que se sentía muy orgulloso de este gran hombre. Ello me
bastó para quererle e interesarme por él. Por mi árbol genealógico familiar sé
que se casó con doña Antonia Ramos del Castillo, agraciada dama de alta
alcurnia, bella y culta mujer, con la que tuvo seis hijos, Antonio, Cristina,
Mercedes, Pilar, Emilio y Carlos. Falleció serenamente a las 87 años de edad
en Las Palmas de Gran Canaria.
No he hablado de sus padres -benditos padres- , mis
amados bisabuelos Bernardino y Joaquina
¡Mi familia diría que es inexplicable! Pero no, he dejado para la traca
final lo extraído de un excelente artículo de Carlos Ramírez Suárez en el "Eco de Canarias", el 30/7/1968:
"Es así como
se hace Patria. Sacando de los armarios y entregando a la posteridad esos
patrimonios espirituales que, más que a los hijos, pertenecen a la Historia. Y
haciéndolo cual lo ha hecho Emilio Valle, con generosa y emocionada sencillez,
como se entregan los emblemas del honor y del saber, como se entrega el fruto
del alma de un padre, que ha de servir de gozo y estímulo a las generaciones
venideras".
¡Y así ocurrió! Lo que sé de Maestro Valle y Joaquina
Gracia se lo debo al último de sus once hijos (don Emilio), por la generosa
donación que hizo al Museo Canario de aquellos pentagramas de belleza y de
exaltación espiritual que brotaron del corazón de su padre, y supongo
sencillamente emocionado para rendirle tributo filial de un homenaje eterno.
Por eso hoy, compraré una tartita y soplaré una vela por el 122 aniversario de
su nacimiento como nota de gratitud y reconocimiento:
¡Felicidades y gracias don Emilio, por
estos recuerdos que para mí no han sido triviales!
Hola! Este es un post bien antiguo, pero justo lo he descubierto hoy por casualidad. Interesante aventura... me resisto a pensar que D. Emilio participara activamente en el levantamiento, durante la guerra estuvo en el campo de concentracion de la isleta y casi que lo tiran por la Mar Fea en Jinámar... pero mi padre siempre habló del Dragón Rapide... que curiosidad despejar esas dudas.
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