Hay
temas tan interesantes en este mundo que no me explico cómo puedo perder el
tiempo escribiendo, aunque sin embargo agradezco poder reflexionar sobre lo que
leo y oigo. Mi atrevimiento para “salvarme” del aburrimiento del aprisco de
“Sálvame Deluxe”, consiste en sumergirme por los antiguos misterios
pretendiendo simplemente saciar mi ignorancia que permanece adormecida en mi sala-tv
particular.
Hoy me
toca la vía sentimental romana que llevamos en nuestro caminar occidental y
comienzo por lo que difícilmente podré transitar: por la sangre de antiguos
dioses. ¡Que empeño de tener un credo universal único! Los recientes
descubrimientos de manuscritos inéditos y la facilidad de navegar por internet
nos permite una visión nueva sin intermediarios ni manipulaciones, una búsqueda
individual y muy directa.
¡Lo que
son las cosas! La idea surge de una trivial conversación que me invita a
indagar por ivoox, una página web capaz de ayudarte a dormir con sus múltiples
y variados podcast auditivos, y donde puedes también encontrar siempre algo sonoro
que te entretenga en la oscuridad del dormitorio sin molestar a nadie sólo
incorporando a la almohada un pequeño auricular.
Seleccioné
"Historia y misterios",
pinché ... Me enganchó la entrevista que le hizo Miguel Blanco en su programa
de radio a Ana María Vázquez Hoys, profesora de Historia Antigua en la UNED,
que explicaba cómo los romanos copiaron la iconografía de los esculturas
griegas que fueron antropormafiladas de los dioses sumerios, babilonios y
egipcios.
Me
quedé con la palabra “antropomorfa”,
la cual había escuchado a un amigo en una tertulia y que sólo entendí al
buscarla inmediatamente por el iPhone: Que
tiene forma o apariencia humana.
Las
mitologías antiguas frecuentemente representaban lo divino como un dios o
dioses con formas y cualidades humanas. Estos dioses se parecen a los seres
humanos, no solo en la apariencia y personalidad, sino que exhiben muchos
comportamientos humanos que se utilizaban para explicar los fenómenos naturales,
la creación, y los acontecimientos históricos. Los dioses se enamoraban,
casaban, tuvieron hijos, libraron batallas, empuñaron armas y montaron caballos
y carros. Algunos dioses antropomórficos representaron determinados conceptos
humanos, como el amor, la guerra, la fertilidad, la belleza o las estaciones.
Exhibieron cualidades humanas como la belleza, la sabiduría y el poder, y las
debilidades humanas como la codicia, el odio, los celos y la ira incontrolable.
Efectivamente,
los griegos que eran más bien gente de campo, como yo ahora, copiaron sin copyright las virtudes y maldades de
las divinidades de otros pueblos espiritualmente más desarrollados, pero que
fueron expoliados y olvidados al perderse o ocultar sus escrituras e ideas. Los
antiguos eran antiguos, pero no ignorantes, sí, tal vez sólo ignorados por
idiotas. No es necesario recurrir a creer en conexiones extraterrestres para
explicar desarrollos e invenciones de culturas antiguas, olvidando que la
inventiva humana es patrimonio de todas las culturas y de todas las épocas.
¡A lo
nuestro que me enredo! Algunos de los dioses y diosas antiguos que pasaron del Olimpo a la Colina Capitolina fueron:
Júpiter: Padre de dioses y de hombres, soberano de las alturas, el
que administra la justicia, lanza el rayo y amontona las nubes.
Juno: Reina de los dioses, protectora del matrimonio y de la
familia.
Neptuno: Dios del mar, de los caballos y de los terremotos.
Minerva: Diosa de la inteligencia y de la guerra justa, protectora
de las instituciones políticas, de las ciencias y de las artes, patrona de los
artesanos.
Marte: Dios de la guerra y de la lucha.
Venus: Diosa del amor y la belleza.
Apolo: Dios de la luz, de la poesía, de la música, de la profecía
y de la medicina.
Diana: Diosa de la virginidad, de la caza y de la luna.
Mercurio: Dios del comercio, protector de los caminos y guía del
viajero.
Baco: Dios del vino y de la danza, inspirador del delirio y el
éxtasis.
Vulcano: Dios de los volcanes, de los incendios y de la herrería.
Plutón: Dios de la muerte, señor del Inframundo.
Los
dioses representaban las necesidades prácticas de la vida diaria. Así, Jano y
Vesta guardaban la puerta y el hogar, los Lares protegían el campo y la casa,
Pales los pastos, Saturno la siembra, Ceres el crecimiento del grano, Pomona la
fruta, y Consus y Ops la cosecha. Incluso el majestuoso Júpiter, rey de los
dioses, era honrado por la ayuda que sus lluvias daban a las granjas y viñedos.
Occidente se conformó, tal y como lo conocemos hoy, sobre una base olvidada
que dio origen a religiones, filosofías e impulsos civilizadores. Detrás de
todo ello, de forma oculta, están los Misterios que desde el antiguo Egipto y
la Grecia arcaica dieron y dan sustento y sentido a todo. Acercarse a ellos es
abrir la primera puerta para comprender nuestra existencia y el objetivo de
nuestras vidas, como así bien dice Eugenio Martín Diéguez en la sinopsis de la
conferencia sobre “El Origen de los Misterios en Occidente” que impartirá el
solsticio de verano en la RSEAP de Tenerife y a la que espero poder asistir.
Un
anhelado viaje cultural a Roma me servirá también para continuar esta
interesante línea documental in situ.
Mientras, trataré ampliar mis conocimientos para aprovechar la deseable incursión
gnóstica a la capital del catolicismo y ojalá recuperar el histórico patrimonio
de unos ídolos desahuciados de los antiguos templos por el predicamento del papa
Gregorio I (siglo VI) que proclamaba a los sacerdotes: “No destruyáis los templos paganos sino únicamente los ídolos que
albergan. En cuanto a los edificios mismos, contentaos con rociarlos de agua bendita
y colocad allí vuestros altares y vuestras reliquias”.
¡Algo
habrá quedado de estos dioses antropomórficos en el Panteón de Agripa, aunque
jamás se consideraron inmortales, sí fueron divinidades humanas!
Panteón de Agripa |
Curiosa coincidencia. Yo escuchando Atenas en llamas de Aute, a la vez que leo la biografía de Sócrates y reflexionando sobre el mismo tema, y pensando que hay que darse una vuelta por Grecia un día de estos.
ResponderEliminarSaca los billetes antes que se queme
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