jueves, 10 de mayo de 2012

10 de mayo de 1975


Tal fecha como hoy me convertí en padre, era sábado, además de ser un ignorante no tenía este medio para expresar lo que sentía en aquel momento, mi inconciencia juvenil o mi arrogante saber, no permitía la concentración necesaria para saborear plenamente lo que estaba ocurriendo y mucho menos lo que me depararía el futuro por la responsabilidad de dar vida a un ser. Un ser que sale sucio pero es inmaculado, un bebe limpio y puro en su interior al que contaminamos o enriquecemos con nuestro ejemplo, nuestras costumbres y conocimientos.
Más tarde descubrí mi compromiso de alimentarlo (en ambos sentidos: el material y el espiritual), de mantenerlo en su pureza con el ánimo de no perder su inocencia, de amarlo hasta la muerte. Miro hacia atrás y tan solo veo imágenes felices, te veo en la playa pescando, en el colegio disfrazado, nadando en la piscina, descubriendo los insectos en el campo, tus aventuras por esos mundos, manejando a tus hermanos, ……., no pararía de contar.
Me has hecho trastadas, me has engañado, ¡lo sabes! Pero no puedes imaginar lo divertido y quizás hasta satisfecho de lo bien que falsificastes las notas del colegio en una ocasión que suspendistes o cuando te multaron por acampar en un espacio natural protegido. En sinvergüenza te pareces mucho a tus maestros: abuelos, tíos y padre. Por cierto, ayer me encontré con un amigo que me dijo:  “Conocí a tu hijo, tiene el pedigrí  de la buena gente”. Para restar importancia le conteste: “Anda que no conoces a los otros dos”. Bueno Gabi, todo esto es para decirte que me siento orgulloso de ti y como no sabía que regalarte en tu cumpleaños, pensé devolverte la emoción de una madrugada, tal cual la viví y escribí, gracias a Ana y a ti.


Una torre "casi" perfecta.

Llegó Gabriel Luis III

A las cinco de la mañana del domingo 26 de marzo de 2006,  desperté agitado, como si alguien reclamara que estuviera en alerta, subí al salón sin hacer ruido para no despertar a María Teresa, cogí el plano de la  finca, lo desplegué en el sofá, y como antes lo hiciera “abuelo nano”, con una claridad y agilidad de mente extraordinaria diseñe el reparto de mis tierras de Valsequillo, tanto, que a las seis tenía terminada la misión, me sentía satisfecho por el resultado, en la cuartilla de papel guarro quedaba  manifestada: mi voluntad.
A las seis, me sentía totalmente relajado, a pesar de no haber dormido más de cuatro horas puesto que nos habíamos quedado con Ana y Gabi hasta las doce de la noche hablando y despejando nuestro dormitorio, que será a partir de ahora de ellos, pero de repente, escucho la voz de Gabi llamando a “mama”, bajo inmediatamente las escaleras y a través de la repisa que separa nuestras casas le pregunto: ¿Qué pasa?, no contesta, me pongo nervioso, de nuevo repito: ¿Qué pasa Gabi?, ¿Cómo esta Ana?, él ya me contesta con voz aterrorizada, entrecortada como caracteriza a un navarro, pero con la precaución de no alarmar en exceso, -ha echado un tapón  y  sangraza -, me voy al dormitorio, se lo digo a MT y con una tranquilidad pasmosa, como si no fuera con ella, me dice: así empieza la cosa, todavía le queda por lo menos dos horas. Se acurruca y pretende seguir durmiendo como si hubiera tiempo de otra cabezada y rematar el sueño que dejo a medias, yo insistí de nuevo, quería saber más, quería que ella controlara la situación, que fuera a ver lo que pasaba, si todo era normal, unos segundos angustiosos que reproduce la falta de reflejos de la conciencia de una abuela paterna, me temía que no fuera con ellos a la clínica y entonces  lo dije de forma contundente “levántate y vete con ellos”, solo me fiaba de MT,  si tienen algún contratiempo ella sabe poner firme a quién sea y soluciona la papeleta. Para mí era una tranquilidad infinita, le digo a Gabi: espera a tú madre, que va con ustedes.
Nos vestimos rápidamente, me abrigué y salí a su encuentro, MT me sigue, miraba el cielo totalmente despejado, lleno de estrellas, la luna en cuarto creciente junto a un lucero que brillaba hasta encandilarte, cuando de pronto, un cometa cruza todo el cielo señalando el camino hacia Las Palmas, y esto no es una fantasía, ni una trola, casi intuitivamente pensé en mi nieto para que mi deseo fuera para él, y yo emocionado gritaba en la noche: mira una estrella fugaz, anuncia el nacimiento de Gabriel Luis, viene marcado por señales divinas, todo va a salir bien, sabía que detrás de esto estaba mi madre, parecí escuchar: aquí estoy con tu ángel de la guarda y con la abuela Teresa, abracé cariñosamente a Gabi para darle serenidad y pedirle cuidado en el camino, salió Ana, le abrí la puerta del coche y les despedí como si no pasara nada para no ponerles nerviosos.
Me quedé solo, mirando el cielo, !Que maravilloso!  ¡Que inmensidad! ¡Que augurios tan favorables! ¡Viene con el signo de la paz, pensé!, ¡gracias papá, gracias mamá! Saqué fotos, vi amanecer, desayuné en el pueblo, compré los periódicos del día para guardarlos, me comuniqué con mi nieto, le conté cuales eran sus tierras, la belleza de sus flores, sus gallinas, los perros que tenía y le dije cuanto, cuanto “le amaba”.
Gabi y Ana: hoy ha sido el día más feliz de mi vida, solo por esto valió la pena vivirla, mis lágrimas enturbian mi visión, pero mi corazón no para  de gritar cuanto “les quiero”. Ojalá, pueda vivir de nuevo este momento.

Madrugada del 27 de marzo de 2006.
Fdo. El hombre más feliz del mundo.                                     (Continuará)



1 comentario:

  1. ! que bonita es la vida! Sé que cuando te cuente lo que pensaba esta mañana recien despertada, no te asombrará, que sabes bien el origen de estas intuiciones.... pero a mí, de verdad, me emocionan tanto, que no puede dejar de abrir los ojos del alma y darle gracias a todos los angeles que nos protejen. Acudia a mi trabajo en Metro-tren. Una mañana luminosa, los naranjos en pleno apogeo de azahar, y un pensamiento que se me cruza: Tengo que pedirle a mi hermano, que me regale de nuevo , esta reflexión suya, sobre el nacimiento de Gabriel III. ! Y mira por donde! abro el Facebook y me mandas aquí, a que me vuelva a enternecer, a que sienta que la vida es maravillosa, a que me sienta tan, y tan orgullosa del hermano que tengo.... y permiteme Gaby, yo lo he leido con voz temblorosa en voz alta, y mis amigas han dado tambien gracias a la vida. Y que quieres.... con los tiempos que corren, es una alivio y consuelo para el alma, encontrarte con este escrito. Todo mi cariño

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