La figura de Mozart unida a
la musicología masónica no es nada nuevo, ya que ha sido tratado en numerosos
estudios e investigaciones en su mayoría influenciados por el estado emocional
que produce su doble condición, genial compositor y francmasón, originando
un mar de confusiones -es mi caso-, ante la disparidad de interpretaciones
opuestas, a favor y en contra, e incluso falseadas o tendenciosas, sin el menor
rigor científico, pero siempre apasionadas e interesadas. No me sonrojo al
confesar a mi hermano -sabiendo
mis escasos conocimientos musicales-, que copiaré y pegaré más que nunca, aunque
al igual que en los anteriores entradas, no faltará la opinión personal un tanto atrevida y
especulativa de lo que haya aprendido, creyendo incluso exponer por primera vez
lo que ha sido investigado y publicado por otros hasta la saciedad.
Para comenzar permítanme
recordar que Mozart fue miembro activo y fraternal de dos logias vienesas al menos, "La beneficencia" y "La
esperanza coronada", que representaron en su época la verdadera punta
de lanza de la vanguardia intelectual y artística del momento. Muchos autores
consideran que su entrada en la masonería fue un acontecimiento importante para
él basándose en algunas afirmaciones de la correspondencia con su padre, el cual
ingresó posteriormente avalado por el propio Amadeus. Ello le significaría
estar a la última de una gran variedad de tendencias, con los Iluminados, los
Rosacruces, o los Hermanos Asiáticos, conocedores de la tradición hermética, la
mística de la cábala y la alquimia. Se trataba pues de un entorno masónico muy
rico, y que Mozart disfrutó con intensidad y sincera entrega.
Como manifiesta Ana Vega
Toscana en su conferencia "El
espíritu masónico en la obra de Mozart", organizada por la Fundación
Rosacruz en el Ateneo de Madrid, "Las
obras específicas escritas para el mundo
masónico por parte de Mozart integran un conjunto interesante en su creación, a
pesar de que muchas son sencillas piezas de circunstancias, escritas
rápidamente ante la necesidad de ser interpretadas en determinadas ceremonias
de su logia", como son "A
ti alma del Universo", una cantata que presenta un texto que encaja
perfectamente en la ceremonia de iniciación del primer grado masónico, cuando
el rendir, después de haber pasado las pruebas simbólicas, recibe la luz, de
modo que algunos autores piensan que quizás la compuso para su propia
iniciación. "Elogio de la amistad",
"Unamos nuestras manos",
"Música fúnebre masónica",
o "La alegría masónica",
destinada a ilustrar un banquete organizado por la logia para festejar al científico y filósofo, el venerable maestro
Ignaz von Born, no son sino una simple muestra del amplio catálogo.
Sin duda alguna cuando se
cita la música masónica, lo más habitual es hacer referencia ante todo a la
gran obra cumbre que es "Die
Zauberflöte", sobre la que tanto se ha escrito, reflexionado y
elucubrado. Aprovecho la ocasión para escucharla gratuitamente en YouTube (http://www.youtube.com/watch?v=RwSK_wZX8Uc), representada en The Metropolitan Opera en 1991, mientras escribo estas
líneas, ya que como bien advierte Ana Vega: "es
imposible hablar del espíritu masónico en la obra de Mozart sin hacer alguna
alusión a tan excepcional obra".
"La Flauta Mágica", como saben, no se trata de una obra escrita
para utilizarla en los rituales o tenidas masónicas, sino una de esas
partituras que reflejan claramente el ideal masónico, repleta de simbolismo y
misterios. Esta obra nos habla de una unión, la que llevan a cabo Tamino y
Pamina, en el Templo Solar de la
Sabiduría, bajo los auspicios de Sarastro, el custodio de los misterios de Isis
y Osiris. El libreto, de su hermano masón, Emanuel Schikaneder, se basa en los
misterios iniciáticos del antiguo egipcio, fuente inspiradora de gran parte de la imaginería masónica, nos relata
un viaje, un proceso iniciático, que culmina con la fiesta sagrada solar de la
unión de un hombre y una mujer, en este caso, simbolizados por los personajes
de Tamino y Pamina.
(Esta entrada me ha costado el día, son las doce de la noche, paro el
trabajo y duermo).
Me levanto con el Papageno
metido en la cabeza, no deja de resonar en mi cabeza el ¡Pa, Pa, Pa, Pa, Pa, Pa, Papagena!
. Ese popular personaje con
pinta de payaso y vestimenta de hombre-pajaro. Todo es confuso, inquietante,
misterioso, ruidoso. No he podido realmente disfrutar de la música leyendo al
mismo tiempo, sin embargo estoy satisfecho del camino andado. He aprendido que
en este mundo no se puede hacer todo a la vez y no por mucho madrugar amanece más
temprano.
Vuelvo a poner "La Flauta Mágica" (subtitulada en
español), después del mediodía, pero esta vez conecto el ordenador a la tele
para verlo en pantalla completa de 40 pulgadas y sentado en el sofá
cómodamente. La grabación dura exactamente 2h:46’ (perseverancia), cuenta con
un excelente reparto de actores y músicos (ver reparto). Ahora más consciente,
me fijaré mejor en el argumento y su simbolismo con la ayuda de un riguroso
análisis de Luis Vilalta Urrea, miembro del Departamento de Investigación de
la Fundación Rosacruz, sobre "La
Flauta Mágica: Arquetipos de un matrimonio alquímico", que es ideal
para interpretar esta obra. Resumo lo querido y compartido del maestro en la
faena, certificando mi gratitud por su enseñanza:
Al comienzo de la obra,
Tamino (príncipe japonés) perseguido por la serpiente, que simboliza la constante
influencia y asedio de nuestras pasiones. "¡Zu Hilfe! ¡Zu Hilfe!, grita.
¡Auxilio! Agotado por no llegar a ningún sitio, dispara su última flecha y cae
desmayado. Pero cuando despierta, algo parece haber cambiado en él. Por primera
vez reconoce a Pamina. Cansado de mirar hacia afuera, dirige su mirada hacia el
medallón, su interior, y descubre su principio espiritual latente. Entonces,
anhelante por Pamina, expresa su canto de amor.
Pamina, antes de pasar la
prueba del agua y del fuego, le explica a Tamino que la flauta fue tallada por
su padre de lo más profundo de un roble milenario, en medio de truenos,
relámpagos, tempestad y lluvia (tierra, fuego, viento y agua, los cuatro
elementos que forman la estructura psíquica del individuo). Ella es hija de la
Reina de la Noche, es decir, en un principio pertenece al reino de lo
desconocido, lo oscuro. Yace en la ignorancia de las profundidades del inconsciente.
Va a ser confrontada con la soledad, el desprecio de su madre, la presunta
ignorancia de su amado, y hasta será convocada a matar a su protector,
Sarastro. Por eso, Tamino no la descubre hasta que agota todas las
posibilidades naturales en empresas sin sentido. Entonces la descubre
... y se enamora de ella.
Pamina está llamada a ser la
verdadera guía interior del alquimista que se ha preparado para ello. A partir
de ese instante, Tamino tiene claro lo que quiere y experimenta un camino de
ascensión imparable. Superará las crisis y las dudas con una fuerza increíble.
Así sé unen por el círculo solar séptuple. Esta unión bendecida en la Luz
solar, será la auténtica Boda Alquímica.
¿No me dirán que ustedes no se han visto reflejados en estos personajes? Si, "La Flauta
Mágica" nos impresiona y despierta en nosotros un eco de esa insondable
sabiduría que nos transmiten los Misterios, es porque, en el fondo, tenemos un
alma enamorada.
El tramo final de este viaje
iniciático por la trayectoria masónica de Wolfrang Amadeus Mozart, es para
comentarles, que no ha sido una película más de Hollywood, sino algo más
profundo, me he transportado a las entrañas de los antiguos maestros egipcios,
valorar sus enseñanzas, asumir las afines y adaptarlas al presenté a través de
la música, cuando se me acabaron las palabras. He sentido como la música
relajaba mi cuerpo, como envolvía serenamente mi alma, como iluminaba de
sabiduría mi espíritu, como me agarraba fuertemente al arte de la música, como
me acercaba cada vez más al más bello
templo.
Me despido ahora, complacido por el trabajo, con el Réquiem de Mozart -al obispo Ramón Echarren lo remataría de muerte sí se la tocarán
en su funeral, según me confesó personalmente en un encuentro protocolario
familiar al mostrarle mi simpatía por la música religiosa de Maestro Valle
cuando organizábamos la Misa Pastorela
en la Catedral de Santa Ana-, la música del séptimo arte, el arte que
abre la puerta al más allá, por eso Mozart, Beethoven, Sibelius, Valle, y
tantos otros, no son sólo simples compositores, son maestros iniciados que han
sido iluminados por la llama del sublime arte de la música celestial para la
mayor gloria del Gran Arquitecto del Universo y de nosotros mismos.
Espero que se vean
reflejados en los personajes de este impresionante singspiel de Mozart, y que
la flauta mágica -tocada por ustedes- sea como una serpiente de fuego, el
báculo real o la vara de los magos que les sirva de apoyo para encontrar la
gnosis de la Verdadera Luz.
Terminé a tiempo, llegó mi nieto. Hoy es su cumpleaños.
ResponderEliminarMe quedo con los 3 últimos párrafos, que destilan sentimientos, emociones, el séptimo arte que enternece y turba mi serenidad.
ResponderEliminarEn estos días de recogimiento, devoción y aislamiento hemos podido disfrutar del Mozart Sacro, interpretado brillantemente por Josep Martínez, violín barroco, Mercedes Ruíz, violonchelo barroco y Santiago Pereira, clave. Por supuesto su padre, Leopold Mozart, escribió obras que hemos podido escuchar en estos días, La Sinfonía Pastorella, para Alphorn, trompa alpina.
W.A. Mozart escribió la Misa Brevis en Sol mayor K49, con apenas 12 años. Ya conocía la música del número uno del barroco, J.C. Bach, sería uno de sus principales modelos. Desde bien temprano este chico intuía algo más, lo llevaba dentro de sus entrañas y supo escribir las más bellas páginas de la Música Universal. Gracias, Gabriel por hacerte eco y traernos al presente al compositor y a los iluminatis... masones...
Al final el resultado es único e irrepetible. W.A.M.
Ah, felicidades a tu nieto!
ResponderEliminarA este lado una enamorada de esta obra.
ResponderEliminarComo sé de tus ansias de conocer, te sugiero que busques una pelicula; La Flauta Mágica, donde se juntan ópera y cine. El Director, que no me acuerdo como se llama, pero que es tambien el Directo de mucho ruido y pocas nueces, realiza una obra maestra don de la Opera La flauta Magica, con todos sus personajes, la ubica y ambienta en la Primera Guerra Mundial.
No te la pierdas.
Y para estos dias nada mejor para oir que la Pasión según San Mateo de Bach.
El Señor ten Piedad de mi, te lleva al infinito.
Mil amores
No he visto esa película, la busco, y seguiré tu consejo de escuchar a Bach.
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