El "salpicón de ideas" es un plato elaborado a base de trozos de ideas y
pensamientos, condimentados con reflexiones, opiniones y sugerencias, para
servirlo frío en pequeñas tapitas. O el "puchero canario de las siete ideas",
metiendo en la cazuela de barro cocido en la "atalaya" de este blog, toda clase de ideas del tiempo para que se cuezan a fuego lento. Quizás mejor prefieras una simple "ensalada de ideas" de la buena "sofía",
donde pensamientos frescos se sirven con mucha aceite (prudencia) y un poco de
sal (ingenio) y vinagre (valentía o atrevimiento) en un balde hojalata.
El menú
incluye además de esta entrada, un primer plato que es una ración abundante
hecha con la sabiduría casera y popular, esas que se sancochan desde hace mucho
tiempo con paciencia, asentando las picadas ideas sin prisas para que recojan
todos los matices, sabores y alicientes de los diversos, diferentes y anhelados
productos de la naturaleza humana y celestial. Este plato fuerte debe ser
acompañado de un gran reserva del Monte Lentiscal que le de la sutileza y el
solido cuerpo conseguido a través de los años que requiere el tan celebrado
ritual de comer y beber divinamente.
El
segundo plato será sorprendente, algo más innovador, fusionando ideas y creando
nuevas sensaciones y gustos multiculturales o cosmopolitas. Ideas jóvenes que
madurarán en la mente, fermentándolas con levaduras espirituales que le darán
chispa a la comida virtual.
El éxito
y la plena satisfacción de lo aprendido lo podemos contemplar con la belleza de
un postre que se come sólo por los ojos, nuevas miradas y sorbetes al gusto,
ideas con nata, pensamientos polvoreados, se huelen reflexiones bañadas en
olorosos licores, que serán fruto de manjares deliciosos y se toca un poderoso protector de la mente
para hacer frente correctamente la digestión de tanta inteligencia, pero no
entra como otras cosas por la boca, vamos, como si fuera una sofisticada cocina francesa.
Llego la
hora de pagar, pero no se asusten el precio será justo, ajustado a la cantidad
y calidad de lo consumido. El completo y variado menú de las preciosas recetas de mi barrio aportará
las calorías (fuerza), proteínas (sabiduría), y vitaminas y todas esas
sustancias necesarias para masajear los chacras (belleza) a todo el mundo.
Un recetario equilibrado, justo y perfecto.
El adn
del barrio tiene el germen de la curiosidad y no debemos hartarnos para no caer
en gula, aunque la vida es breve para probar todo lo contenido en ella, no
debemos descuidarnos con la comida que nos ponen delante para conformarnos en
la grasa de la obesidad, y ojo que no se te pudra dentro y escupe
sistemáticamente y con regularidad lo que te sobre, ya que muchas veces la cosa
de las recetas va más de quitar ansias que de componer los desesperos y
desperdicios.
No
seamos dogmáticos, a todos no le sientan bien las mismas ideas, la naturaleza
humana tiene para todo el mundo, no dejemos que los fanáticos se adueñen de la
verdad, que los manipuladores oculten la ciencia culinaria de la vida y de la
muerte inteligente.
La
receta de mi barrio no deja de tener un cierto parecido a una tabla de
mandamientos, el cumplirlos dependerá del libre albedrío que disponemos los
seres humanos, los placeres que nos da la sabiduría exige que las experimentemos,
pero tampoco creas que son la panacea para conseguir la salud y la felicidad.
Que difícil es no caer en la ignorancia cuando todo cae en la humanidad por no
sembrar alimentos para el alma y el espíritu.
¿Por qué
en estos tiempos no recurrimos más a la economía de pedir y a la generosidad de dar?
Después
de la publicación en los principales medios de comunicación del país y muchos
del extranjero, la iniciativa que puso en marcha la Asociación de Vecinos de la
Playa Chica del trueque solidario de libros por alimentos, o lo que es lo
mismo, cultura sin hambre, esta ha sido imitada en muchos lugares por entidades
sin ánimo de lucro y por empresas socialmente responsables. La recogida de
tapones para ayudar a una familia, como la de
ropa que tenemos en desuso y de
gofio canario para enviarlo al continente africano; vender cuadros pintados por
gente solidaria a bajo coste para mantener un piso para atender a mayores sin
recursos económicos y tantas otras iniciativas generosas y caritativas, son
buenos ejemplos y prácticas de recetas solidarias de una vecindad con fuertes
convicciones sociales, de seres humanos llenos de amor y compasión, y vecinos
que se unen fraternalmente con las personas que sufren dificultades para poder
desarrollar una vida sana, digna e integral.
Un
completo recetario de menús tradicionales y de vanguardia, carnívoros,
vegetarianos o espirituales, permite una diversidad de pensamientos que atiende
a todas las necesidades del ser humano, nos produce placer y nos llena de
satisfacciones superiores.
¡Mi
madre, que calor me ha dado la panza de burro! Gracias a que tenemos la Playa
Chica, y además la más grande y hermosa del mundo, nuestra playa de Las
Canteras, cerrada por la "barra"
de pan artesano de matalauva con chorizo de Teror y adornado por la misteriosa
"peña del pastel", oculta en
la marea alta, donde saboreaba el membrillo de la cumbre mojándolo todo con
espuma de sal de las claras y
transparentes aguas macaronésicas del todopoderoso, afortunado y amado
Atlántico.
Si
encuentras unas recetas parecidas es por pura casualidad, no las tengo comprobadas todas, por
lo que te ruego la máxima higiene, te laves las manos antes y después de comerlas, y como
en el caso se trata de alimentos de otro mundo, limpia bien la mente para
aceptarlas, no te vaya hacer daño. Y es que hay recetas fantásticas para todo
el universo y variadas en sus gustos ¡No les digo nada la que probé ayer y gozo
hoy! La convivencia y amistad de mis
vecinos del barrio de Santa Catalina, en el mismo istmo de la maravillosa ciudad
de Las Palmas de Gran Canaria.
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